Cuando surjan los problemas —y surgirán— no tenemos que suponer que el Señor va a intervenir y hacerse cargo de todos ellos sin nuestra invitación. Tenemos que orar y pedirle que cambie nuestras circunstancias. Después, debemos permanecer constantes y estables como lo hizo Nehemías, y ésa será para el enemigo la señal de su inminente caída y destrucción.
Tendremos la victoria
Cuando surjan los problemas —y surgirán— no tenemos que suponer que el Señor va a intervenir y hacerse cargo de todos ellos sin nuestra invitación. Tenemos que orar y pedirle que cambie nuestras circunstancias. Después, debemos permanecer constantes y estables como lo hizo Nehemías, y ésa será para el enemigo la señal de su inminente caída y destrucción.