Esos actos que en la Tierra los hombres consideran enormes sacrificios, Yo los estimo como las mayores bendiciones y los premio con los mayores galardones. El que aprende a cuidar a Mis pequeñitos aprende más que ningún otro lo que significa entregar, sacrificarse y ofrendar amor. Esas son las virtudes que más aprecio.
Tus hijos no te alejan de Mí; al contrario, te acercan a Mi corazón, pues veo tus arduos esfuerzos. En la misma medida en que aumentan tus labores, se incrementa Mi gracia, pues te la doy en mayor abundancia. Mi corazón se ensancha y Mis manos se alargan para ayudarte más.
Cuando tus hijos están enfermos, ¿acaso no acudes a Mí con mayor afán? ¿No se te parte más el corazón? ¿No es cierto que tu espíritu se vuelve más humilde? ¿No es verdad que aunque te debilitas más, al mismo tiempo te haces más fuerte en Mí? ¿No te hace ello confiar más en Mí?
Todas esas cosas no son cargas. Más bien son tesoros ocultos que posees en mayor abundancia que otras personas gracias a la atención que brindas a Mis pequeñitos.
Textos tomados del libro "De Jesús, con cariño"