Mucha gente - como los oficiales de policía, bomberos y soldados que arriesgan sus vidas todos los días para servir y proteger - son considerados como héroes y se merecen este reconocimiento. Lamentablemente, también hay atletas y artistas que, aunque vivan vidas cuestionables, consiguen la admiración popular de un héroe.
Existe también un tercer grupo de personas que, aunque viven vidas humildes y hacen lo que el Señor manda, pocas personas saben de ellos o qué tipo de impacto tienen en las vidas de los demás, y menos aún los consideran héroes. Algunas de estas personas son nuestros abuelos.
¿Con qué frecuencia se toma en cuenta el valor de nuestros abuelos? Cuando somos niños, ellos están ahí para cuidar nietos y consentirlos. Pero si son cristianos, su impacto en nuestras vidas va mucho más allá de una hora llena de diversión o un puñado de dulces. De hecho, sus contribuciones a nuestras vidas puede tener consecuencias eternas.
Mi abuela era una mujer notable. ¿Qué la hizo notable fue su fe en el Señor Jesucristo. Cuando era niño, me acuerdo de ella siempre cantando himnos y canciones de niños. Ella me enseñó que Jesús me ama, Jesús ama a los niños pequeños y muchas otras canciones. También habló con frecuencia sobre sus clases de escuela dominical y sobre los niños a quienes enseñó. Siempre había algo especial en ella que me picaba la curiosidad...
Más tarde, como adolescente rebelde, me encantaba hacerla molestarse, cuestionando su fe. Pero en lugar de gritarme, simplemente me mostró pasajes de la Biblia o, mejor, los citó de memoria, con pelos y señales.
Existe también un tercer grupo de personas que, aunque viven vidas humildes y hacen lo que el Señor manda, pocas personas saben de ellos o qué tipo de impacto tienen en las vidas de los demás, y menos aún los consideran héroes. Algunas de estas personas son nuestros abuelos.
¿Con qué frecuencia se toma en cuenta el valor de nuestros abuelos? Cuando somos niños, ellos están ahí para cuidar nietos y consentirlos. Pero si son cristianos, su impacto en nuestras vidas va mucho más allá de una hora llena de diversión o un puñado de dulces. De hecho, sus contribuciones a nuestras vidas puede tener consecuencias eternas.
Mi abuela era una mujer notable. ¿Qué la hizo notable fue su fe en el Señor Jesucristo. Cuando era niño, me acuerdo de ella siempre cantando himnos y canciones de niños. Ella me enseñó que Jesús me ama, Jesús ama a los niños pequeños y muchas otras canciones. También habló con frecuencia sobre sus clases de escuela dominical y sobre los niños a quienes enseñó. Siempre había algo especial en ella que me picaba la curiosidad...
Más tarde, como adolescente rebelde, me encantaba hacerla molestarse, cuestionando su fe. Pero en lugar de gritarme, simplemente me mostró pasajes de la Biblia o, mejor, los citó de memoria, con pelos y señales.