Lo más detestable de la historia de la esclavitud humana, de cualquier país, es que algunas personas trataron a otras como si fueran cosas, bienes, muebles, objetos, y no como a seres humanos. Es triste decirlo y más aún, cuando podemos ver que hoy en días se repite la historia.
Programas de televisión, revistas, noticias, periódicos y cada medio masivo, han hecho y siguen haciendo de las personas y todo lo relacionado al sexo, un negocio. El mundo se mueve por dinero y alimenta los apetitos y deseos de las personas, al mismo tiempo que las deshumaniza.