En el libro Cantar de los Cantares, el Señor dice de su novia: ¡Cuán justa eres y cuán agradable, oh amor deleitoso! (Cantares 7:6). Tres de las palabras hebreas en este verso son sinónimos: justo, que significa "preciado"; agradable, que se refiera a algo "placentero", y deleitoso. Estas palabras describen los pensamientos de Jesús hacia su novia como Él la contempla. Él la mira y dice: "¡Qué hermosa, dulce y encantadora eres. Eres preciada para mí, Oh amor!". A su vez, la novia alardea: "Yo soy de mi amado y su deseo es hacia mí "(Cantar de los Cantares 7:10). El significado aquí es, "Él corre detrás de mí con deleite. Él me persigue porque soy muy preciada para Él". Estos mismos pensamientos se encuentran en los Salmos: "Se complace Jehová en los que le temen y en los que esperan en su misericordia "(Salmo 147:11). "El Señor tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación" (Salmo 149:4).
Puedo tratar de convencerte del deleite de Dios en ti al decirle: "Eres preciada para el Señor." Sin embargo, puedes pensar: "Eso es dulce. Pero es solamente una idea maravillosa." No, esta verdad es mucho más que un pensamiento maravilloso. Es la misma clave de tu liberación en todas las batallas que arden en tu alma. Es el secreto para entrar en el reposo que Dios te ha prometido. Hasta que eches mano de esto, hasta que te conviertas en un fundamento de verdad en tu corazón, no serás capaz de resistir las pruebas de la vida.
Isaías tuvo una revelación del gran deleite de Dios en nosotros. Él profetizó: "Oh Israel: No temas, porque yo te redimí, yo te he llamado por tu nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán: cuando pasespor el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti” (Isaías 43:1-2).
Isaías no estaba hablando de una inundación o de un incendio literal. Él estaba hablando acerca de lo que la gente pasa mental y espiritualmente. En ese momento Israel se encontraba en cautiverio, sus inundaciones fueron tribulaciones, los incendios fueron tentaciones, sus ríos fueron pruebas. Estos fueron todos los intentos de Satanás por destruir y aplastar al pueblo de Dios. Las palabras de Isaías fueron un mensaje de misericordia pura para Israel. La gente estaba en cautiverio a causa de su propia tontería y necedad. Pero Dios les envió un profeta quebrantado de corazón, que dijo: "Dios quiere que les diga que le pertenecen."
Ahora mismo, puede que estés en medio de sus propias aguas turbulentas. Puedes sentirte abrumada por una prueba o tentación que amenaza con consumirte. Sin embargo con base en estos ejemplos bíblicos, necesitas comprender que el Señor no siempre calma las aguas; Él no siempre impide las inundaciones o apaga los incendios. No obstante, Él hace esta promesa: "Voy a caminar contigo en medio de todo. Esta prueba o circunstancia no te destruirá. Esto no te consumirá. Por lo tanto, sigue caminando. ¡Conmigo cerca de tí cruzarás al otro lado!"
David Wilkerson