Joyce Meyer comenzó su sermón diciendo: "Me desperté esta mañana de mal humor. Temperamental. Me sentí como que todo me molestaba".
Alguna vez has tenido un día así? Donde todo te molesta y llegas al punto de decir "quisiera que este día volviera a comenzar" como para hacer las cosas de otra manera? Joyce dijo que en vez de mirarnos a nosotros mismos en el espejo, debemos mirar a la Palabra de Dios como si fuera nuestro espejo. De esa manera, podemos tener en nuestras mentes fuera de nosotros mismos y empezar a preocuparse por los demás.
No es lo que hacemos delante de la gente lo que realmente importa... Sabes qué es lo más importante?
Un cambio de vida real implica un cambio en el corazón. El verdadero cambio se produce cuando hacemos un esfuerzo por hacer lo correcto cuando nadie mira, sabiendo que Dios siempre nos ve. Pero Joyce fue aún más lejos que esto. "Hacer un trabajo para todos y ver toda la gente tan preciosa que lo disfruta, aún sin saber quién lo hizo. Ir fuera del camino de uno para hacer bien a los demás. No sólo a uno mismo. Alegrar a los demás". Esto es un cambio.