Tener buen humor significa no ser rígido de una u otra forma, sino flexible.
El buen humor entraña poner entre grandes paréntesis la seriedad del presente. El buen humor sólo existe en la lucha con la seriedad del presente. Pero durante esta lucha, y en medio de ella, nos resulta imposible, como hijos de Dios, permanecer totalmente serios.