Mujer, eres una parte clave de la historia
El siglo pasado vio movimientos en casi cada continente de lo que algunos denominarían "la liberación femenina". Y aunque los títulos pueden variar, la idea básicamente ha sido la misma: proporcionar más derechos políticos, mayor influencia e ecuanimidad en salarios.
Las mujeres, como grupo, han superado muchísimos obstáculos a lo largo de toda la historia. Han sido menospreciadas, maltratadas y devaluadas como personas por casi cada cultura del mundo. Se han tenido por propiedad, se dudó de su inteligencia, se preguntó aún si contaban con un alma con necesidad de salvación. Vemos a lo largo de la historia que la mujer ha sobrellevado el abuso, el rechazo, la negatividad, y con todo, ha salido adelante. En mi opinión, esta supervivencia no ha sido cuestión simplemente de alguna coincidencia o de la suerte, sino que ha sido algo que Dios mismo declaró a nuestra vida y circunstancias. Y por esto, ha sido una parte importantísima de todos los aspectos del desarrollo humano. De ella se han producido las maestras, las consejeras, las reinas, las científicas, las autoras, las madres de muchas generaciones, entre otras.
Se podría decir que la mujer ha llegado a una madurez y cuenta con las características físicas que destacan a la mujer madura. Se puede decir que los movimientos políticos han hecho lo mismo para la mujer, ya que la han celebrado como mujer, le han conseguido los derechos para disfrutar el ser mujer y, en general, han logrado mejorar su condición. Sin embargo, con todo el aumento de prestigio, poder y aclamación, muchas tendríamos que confesar que algo nos falta. Hemos llegado a la madurez y, sin embargo, pareciera que nos falta vestir la ropa indicada para nuestra posición. Contamos con la apariencia física, pero no contamos con la estabilidad mental y emocional para disfrutar realmente de todos los beneficios que nos otorgan nuestra nueva posición en la sociedad. Aparentemente gozamos de más libertad pero, en realidad, hemos reconocido que, en ocasiones, esta "libertad" nos limita a ser la mujer que otras personas han concebido. No somos libres para ser mujeres como dicta nuestro corazón, como dicta nuestro Creador. Por eso, tendría que decir que no hemos alcanzado una verdadera libertad.
Si hubiera sabido antes de casarme...
Tejedora Amor, Matrimonio, matrimonio cristiano, matrimonio feliz, reflexiones cortas, ser feliz en el matrimonio
Debería haber sido obvio, pero no me di cuenta. Nunca había leído un libro sobre el matrimonio, así que lo que yo pensaba no se ajustaba a la realidad. Solo sabía que sentía algo por Karolyn que no había sentido nunca por ninguna otra muchacha. Cuando nos besábamos, era como estar en el cielo. Cuando la veía después de una larga ausencia, realmente sentía escalofríos. Me gustaba todo de ella. Me gustaba su aspecto, su forma de hablar, su modo de caminar y, en especial, me cautivaban sus ojos castaños. Incluso me gustaba su madre y me ofrecí voluntario para pintarle la casa —cualquier cosa con tal de demostrarle a esta joven cuánto la quería—. No podía imaginarme que ninguna otra fuera tan maravillosa como ella. Creo que ella pensaba y sentía por mí lo mismo que yo por ella.
Con todos estos pensamientos y sentimientos, pretendíamos hacernos felices mutuamente el resto de nuestras vidas. No obstante, seis meses después de casarnos, ambos éramos más desdichados de lo que nunca pudimos imaginar. Los sentimientos de euforia habían desaparecido, y en su lugar, aparecieron los de dolor, rabia, decepción y resentimiento. Esto es algo que no habíamos previsto cuando estábamos “enamorados”. Creíamos que las percepciones positivas y los sentimientos que teníamos uno hacia el otro nos acompañarían el resto de nuestras vidas.
En los últimos treinta años, he impartido sesiones de consejería prematrimonial a cientos de parejas. Me he dado cuenta de que la mayoría de ellas tiene la misma perspectiva limitada sobre estar enamorados. A menudo planteo a las parejas en la primera sesión la siguiente pregunta: “¿Por qué quieren casarse?”. Sea cual fuese la respuesta, siempre acaban dándome la gran razón. Y esa gran razón es casi siempre la misma: “Porque nos queremos”. Luego les hago una pregunta muy injusta: “¿Qué quieren decir con eso?”. Normalmente se sorprenden ante esta pregunta. La mayoría dice algo sobre el sentimiento profundo que ambos tienen hacia el otro. Llevan sintiéndolo algún tiempo y, de alguna manera, es diferente a lo que habían sentido antes por otras personas con las que habían salido. A menudo se miran uno a otro, miran al techo, sonríen, y después uno de ellos dice: “Bueno, ehhh… ya sabe…”. En esta etapa de mi vida, creo que yo sí lo sé, pero dudo que ellos lo sepan. Temo que tengan la misma percepción de estar enamorados que Karolyn y yo teníamos cuando nos casamos. Y ahora sé que estar enamorados no es base suficiente para que el matrimonio tenga éxito.
Hace algún tiempo, recibí una llamada de un joven que me pidió que oficiara su boda. Le pregunté cuándo quería casarse y descubrí que la boda era en menos de una semana. Le expliqué que solía tener entre seis y ocho sesiones de consejería con los que deseaban contraer matrimonio. Su respuesta fue la típica: “Bueno, para ser sincero, no creo que necesitemos ningún tipo de consejo. Nos queremos de verdad, y no creo que tengamos problemas”. Yo sonreí y me lamenté interiormente: otra víctima de la ilusión de “estar enamorado”.
A menudo hablamos de “estar enamorados”. Escuchar esta frase me hace recordar una cacería en la selva. Se hace un agujero por donde va a pasar el animal a beber agua, se cubre con ramas y hojas. El pobre animal corre concentrado únicamente en su objetivo cuando, de repente, cae en un pozo y queda atrapado.
Con todos estos pensamientos y sentimientos, pretendíamos hacernos felices mutuamente el resto de nuestras vidas. No obstante, seis meses después de casarnos, ambos éramos más desdichados de lo que nunca pudimos imaginar. Los sentimientos de euforia habían desaparecido, y en su lugar, aparecieron los de dolor, rabia, decepción y resentimiento. Esto es algo que no habíamos previsto cuando estábamos “enamorados”. Creíamos que las percepciones positivas y los sentimientos que teníamos uno hacia el otro nos acompañarían el resto de nuestras vidas.
En los últimos treinta años, he impartido sesiones de consejería prematrimonial a cientos de parejas. Me he dado cuenta de que la mayoría de ellas tiene la misma perspectiva limitada sobre estar enamorados. A menudo planteo a las parejas en la primera sesión la siguiente pregunta: “¿Por qué quieren casarse?”. Sea cual fuese la respuesta, siempre acaban dándome la gran razón. Y esa gran razón es casi siempre la misma: “Porque nos queremos”. Luego les hago una pregunta muy injusta: “¿Qué quieren decir con eso?”. Normalmente se sorprenden ante esta pregunta. La mayoría dice algo sobre el sentimiento profundo que ambos tienen hacia el otro. Llevan sintiéndolo algún tiempo y, de alguna manera, es diferente a lo que habían sentido antes por otras personas con las que habían salido. A menudo se miran uno a otro, miran al techo, sonríen, y después uno de ellos dice: “Bueno, ehhh… ya sabe…”. En esta etapa de mi vida, creo que yo sí lo sé, pero dudo que ellos lo sepan. Temo que tengan la misma percepción de estar enamorados que Karolyn y yo teníamos cuando nos casamos. Y ahora sé que estar enamorados no es base suficiente para que el matrimonio tenga éxito.
Hace algún tiempo, recibí una llamada de un joven que me pidió que oficiara su boda. Le pregunté cuándo quería casarse y descubrí que la boda era en menos de una semana. Le expliqué que solía tener entre seis y ocho sesiones de consejería con los que deseaban contraer matrimonio. Su respuesta fue la típica: “Bueno, para ser sincero, no creo que necesitemos ningún tipo de consejo. Nos queremos de verdad, y no creo que tengamos problemas”. Yo sonreí y me lamenté interiormente: otra víctima de la ilusión de “estar enamorado”.
A menudo hablamos de “estar enamorados”. Escuchar esta frase me hace recordar una cacería en la selva. Se hace un agujero por donde va a pasar el animal a beber agua, se cubre con ramas y hojas. El pobre animal corre concentrado únicamente en su objetivo cuando, de repente, cae en un pozo y queda atrapado.
Sigue!
Tejedora Confianza, confiar, conocer a Dios, devocional, Reflexión cristiana de motivación, reflexiones cortas
¿Cuántas veces tus fuerzas han decaído? No te detengas ¡Prosigue! Cuando Dios te llamó, te dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). El enemigo quiere que miremos atrás, pero la iglesia de Cristo no va a retroceder. Tenemos que estar dispuestos a todo, esperando en Cristo, porque Él es nuestra fe y nuestra fortaleza. Hay que proseguir al blanco, hacia adelante. No te puedes quedar a mitad del camino, porque es más lo que has avanzado que lo que te falta para llegar. Dios va a completar y a honrar tus sueños. No le permitas a nadie que detenga tu paso. ¡No dejes que ninguna situación te haga volver atrás!
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores” (1 Timoteo 6:11-15).
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores” (1 Timoteo 6:11-15).
Fajas
En la antigüedad, la ropa de un bebé durante los primeros meses de vida era casi exclusivamente las fajas (Ezequiel 16:4). Después de ser lavados y salados, eran envueltos en un paño que les cubría todo el cuerpo. Algunos piensan que esto prevenía que las coyunturas y los huesos se deformaran, ya que impedían el movimiento. Del mismo modo, me gustaría considerar las fajas como una clase de protección que además de física, puede ser emocional y mental (si no existe, el pequeño está expuesto a daños permanentes en su mente y en sus sentimientos). Se podría decir que muchas mujeres han sufrido a causa de la desprotección, siendo niñas, y continúan padeciendo sus consecuencias en la adultez. Quizá, usted se encuentre entre ellas y pueda identificar, en este momento, los efectos de ese descuido.
Llena tu corazón y mente de la buena verdad de Dios
El Señor te ha dado la mejor computadora que se haya construido jamás: tu mente; ¡pero es asunto tuyo cómo la programes! De algo tiene que llenarse, sea bueno o sea malo, y tus reflejos están condicionados mentalmente para reaccionar de manera determinada según lo que hayas aprendido o experimentado. ¡Por eso es que difícilmente puede haber algo más importante que aprender de memoria la Palabra de Dios!
¿Por qué sufrir?
Tejedora REFLEXION, Reflexión cristiana de motivación, reflexiones cortas
"Bienaventurados los pobres en espíritu" Mateo 5:3
Jesús enseñó que el sufrimiento visto desde la perspectiva de Dios, se inclina a favor del oprimido y produce mucho bien al alma. Hay ciertas situaciones que a veces pensamos que nos ocasionan perdida, pero en realidad traen mucho bien a nuestra vida. Esta enseñanza aparece en el Sermón del Monte y en otras declaraciones del Señor: los primeros serán postreros (Mateo 19:30; Marcos 10:31; Lucas 13:30) y, el que se humilla será enaltecido (Lucas 14:11,18:14). Pero ¿por qué escogería Dios a los oprimidos para brindarles una atención especial?
Veamos algunos beneficios:
1. El sufrimiento nos ayuda a darnos cuenta de nuestra imperiosa necesidad de Dios y de la redención.
2. El sufrimiento nos ayuda a experimentar dependencia de Dios e interdependencia con otras personas.
3. El sufrimiento nos ayuda a distinguir entre las necesidades y los lujos.
4. El sufrimiento nos ayuda a invertir tiempo en Su presencia, porque en la desesperación clamamos a Dios.
Jesús enseñó que el sufrimiento visto desde la perspectiva de Dios, se inclina a favor del oprimido y produce mucho bien al alma. Hay ciertas situaciones que a veces pensamos que nos ocasionan perdida, pero en realidad traen mucho bien a nuestra vida. Esta enseñanza aparece en el Sermón del Monte y en otras declaraciones del Señor: los primeros serán postreros (Mateo 19:30; Marcos 10:31; Lucas 13:30) y, el que se humilla será enaltecido (Lucas 14:11,18:14). Pero ¿por qué escogería Dios a los oprimidos para brindarles una atención especial?
Veamos algunos beneficios:
1. El sufrimiento nos ayuda a darnos cuenta de nuestra imperiosa necesidad de Dios y de la redención.
2. El sufrimiento nos ayuda a experimentar dependencia de Dios e interdependencia con otras personas.
3. El sufrimiento nos ayuda a distinguir entre las necesidades y los lujos.
4. El sufrimiento nos ayuda a invertir tiempo en Su presencia, porque en la desesperación clamamos a Dios.
Aquiétate y sé fiel
En Hebreos 3:1,2, leemos que durante su vida terrenal, Jesús fue fiel al que lo nombró. Pero Jesús pasó algunos años de silencio. Después de su maravilloso nacimiento y bautismo profético, no volvemos a oír nada sobre Él hasta la edad de doce años, cuando fue hallado debatiendo con los maestros en el templo. Todo lo que se nos dice sobre estos años silenciosos es que “El niño crecía y se fortalecía; progresaba en sabiduría, y la gracia de Dios lo acompañaba” (Lucas 2:40). Después de eso, la Biblia no nos dice nada sobre qué ocurrió en la vida de Jesús, excepto que “Jesús siguió creciendo en sabiduría y estatura, y cada vez más gozaba del favor de Dios y de toda la gente” (Lucas 2:52).
Jesús pasó treinta años preparándose para un ministerio de tres años, un tiempo durante el cual Él fue fiel y obediente a sus padres terrenales tanto como a su Padre celestial. Fue durante esos años silenciosos que creció en fuerza, en sabiduría y en favor.
Jesús pasó treinta años preparándose para un ministerio de tres años, un tiempo durante el cual Él fue fiel y obediente a sus padres terrenales tanto como a su Padre celestial. Fue durante esos años silenciosos que creció en fuerza, en sabiduría y en favor.
Las palabras tienen poder
Desafortunadamente, hay un aspecto negativo a esta verdad. Así también como positivo. Puedes minar tu visión por lo que dices continuamente de ti mismo, tal como: “Soy gordo”, “Soy bajo”, “No soy inteligente”, “soy una persona tímida”, “No me gustan las personas”, “Soy un fracaso”, o “Siempre tendré una hipoteca”. Yo soy. Yo soy. Llegarás a ser todo lo que declaras constantemente de ti mismo. Ese es el poder de las palabras.
Satanás sabe que la clave para crear cualquier cosa es tener una visión clara de ella y hablar para que exista. Él quiere que hables cosas negativas en vez de positivas para que tu eficacia para el reino de Dios te sea negada. Recuerda que el deseo de Satanás para tu vida es exactamente lo opuesto al deseo de Dios.
Por consiguiente, nosotros podemos ayudar a proteger nuestras visiones, debemos cuidar lo que decimos.
En vez de decir: “Yo siempre tendré hipoteca”, diga: “Voy a quedar libre de deudas”. Puedes haberte estado imaginando que no debías ninguna factura, pero debes comenzar a decirlo también. Di: “Mi Dios, pues, suplirá todo (mis) lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19), luego ora: “Señor, haz funcionar Tu Palabra”.
Satanás sabe que la clave para crear cualquier cosa es tener una visión clara de ella y hablar para que exista. Él quiere que hables cosas negativas en vez de positivas para que tu eficacia para el reino de Dios te sea negada. Recuerda que el deseo de Satanás para tu vida es exactamente lo opuesto al deseo de Dios.
Por consiguiente, nosotros podemos ayudar a proteger nuestras visiones, debemos cuidar lo que decimos.
En vez de decir: “Yo siempre tendré hipoteca”, diga: “Voy a quedar libre de deudas”. Puedes haberte estado imaginando que no debías ninguna factura, pero debes comenzar a decirlo también. Di: “Mi Dios, pues, suplirá todo (mis) lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4:19), luego ora: “Señor, haz funcionar Tu Palabra”.
Cristo y el cáncer
Romanos 8:18-28
De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las *primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Antes de ingresar en la universidad difícilmente dediqué un pensamiento al cáncer y a las enfermedades terminales. Pero desde esos días de universidad, la muerte por enfermedad, ha andado a mi lado todo el camino. Dos universitarios que yo conocía murieron de leucemia y cáncer de las glándulas linfáticas antes que tuvieran 22 años. En el seminario vi a Jim Morgan, mí profesor de Teología Sistemática, marchitarse y morir de cáncer intestinal en menos de un año. Tenía 36 años. En mí programa de Licenciatura en Alemania, mí propio “tutor de doctorado”, profesor Goppelt, murió de pronto justo antes de yo haber terminado. Tenía 62 años. Una coronaría masiva. Entonces vine a Bethlehem, ¡la casa de Dios! Y enseñé por 6 años y vi a estudiantes, profesores, y administradores morir de cáncer: Sue Port, Paul Greely, Bob Bergerud, Ruth Ludeman, Graydon Held, Chet Linday, Mary Ellen Carlson- todos Cristianos, todos muertos antes que su tercera década terminara. Y ahora he venido a Bethlehem y Harvey Ring. Ha muerto. Y pudieras multiplicar la lista por diez.
¿Qué debemos decir a estas cosas? algo tiene que decirse porque la enfermedad y la muerte son una amenaza a la fe en el amor y el poder de Dios. Y como un Pastor considero mí responsabilidad principal el alimentar y fortalecer la fe en el amor y el poder de Dios. No hay arma como la palabra de Dios para rechazar las amenazas a la fe. Por lo que quiero que hoy escuchemos cuidadosamente la enseñanza de las escrituras con respecto a Cristo y el cáncer, el poder y el amor de Dios por encima y en contra de las enfermedades de nuestros cuerpos.
Hoy considero este mensaje como un crucial mensaje pastoral, porque usted necesita conocer donde vuestro pastor se apoya en los temas de enfermedad, cura y muerte. Si pensó que era mí concepción que cada enfermedad era un fallo divino sobre algún pecado en particular, o que el fracaso después de unos pocos días de oración para ser curado era una clara señal de fe no autentica, o que en verdad es Satanás el gobernador de este mundo y que Dios solamente se mantiene sin hacer nada mientras su enemigo causa estragos con sus hijos-si pensó usted que alguna de esas eran mis nociones, usted se identificaría conmigo muy diferentemente a lo que lo haría si supiera lo que realmente pienso. Por lo tanto, quiero decirle lo que realmente pienso y tratar de mostrarle, desde las escrituras que estos pensamientos no son solo míos, sino que también, confío en los pensamientos de Dios. Así que quisiera que todo aquel que tenga una Biblia se dirija junto conmigo a (Romanos 8:18-28).
Hay seis afirmaciones las cuales resumirán mí teología de enfermedad, y al menos la semilla para cada una de estas afirmaciones este aquí. Leamos el texto:
Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloría venidera que en nosotros ha de manifestarse, 19 porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 La creación fue sujeta a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza. 21 por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. 23 Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo, 24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; ya que lo que alguno ve, ¿para qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Pero el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los Santos. 28 Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Mi primera afirmación es esta:
La época en que vivimos, la cual se extiende desde la caída del hombre en el pecado hasta la segunda venida de Cristo, es una época en la que la creación, incluyendo nuestros cuerpos, ha sido sujetada a “vanidad” y a “esclavitud de corrupción.”
Versículo 20: “La creación fue sujetada a vanidad” versículo 21: “La creación será libertada de la esclavitud de corrupción“ la razón por la que conocemos que esto incluye a nuestros cuerpos, viene dada en el versículo 23: no solo la amplía creación sino nosotros mismos (i.e. Cristianos) gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción la redención de nuestros cuerpos“ nuestros cuerpos son parte de la creación y participan en toda la vanidad y la corrupción a la que fue sujetada la creación.
¿Quién es en este versículo 20 el que sujeto la creación a vanidad y esclavitud de corrupción? Es Dios. Los otros únicos posibles candidatos a considerar serian Satanás y el hombre mismo. Tal vez Pablo quiso decir que fue Satanás al traer al hombre dentro del pecado, o el hombre al escoger desobedecer a Dios- quizás se refiera a uno de ellos como al que sujeto la creación a vanidad. Pero no puede significar ni Satanás ni el hombre por las palabras “en esperanza” al final del versículo 20. Esta pequeña frase sujetada “en esperanza”, da el motivo o propósito del que sujetó la creación a vanidad. Pero no fue la intención del hombre ni la de Satanás el traer la corrupción sobre el mundo para que la esperanza en la redención pudiera ser despertada en los corazones de los hombres y que algún día la “libertad de la gloría de los hijos de Dios” pudiera brillar más radiantemente. Solamente una persona pudiera sujetar la creación o vanidad con ese motivo o propósito, el justo y cariñoso creador.
Por lo tanto, concluyo que este mundo permanece bajo la sentencia judicial de Dios sobre una humanidad rebelde y pecaminosa- una sentencia de vanidad y corrupción universal. Y ninguno está incluido ni siguiera los preciosos hijos de Dios.
Probablemente la vanidad y corrupción de la que Pablo habla se refiere a ambas ruina espiritual y ruina física. Por un lado, el hombre en su estado perdido, esta esclavizado a su imperfecta percepción: Metas mal planteadas, imprudentes meteduras de patas y entumecimiento espiritual. Por otro lado, hay diluvios, hambrunas, volcanes, terremotos, maremotos, plagas, mordeduras de serpientes, accidentes automovilísticos, caídas de aviones, asma, alergias, el catarro común y el cáncer; todo desgarrando y causando estragos en el cuerpo humano con dolor, llevando a los hombres- todos los hombres- al polvo.
Mientras estamos en el cuerpo somos esclavos de la corrupción. Pablo dijo esto mismo en otro lugar en 2 Corintios 4:16 dijo, “No desmayamos, aunque este nuestro hombre exterior (i.e. el cuerpo) se va desgastando (i.e. siendo corrompido) no obstante nuestro hombre interior se renueva día a día.” La palabra que Pablo utiliza aquí para podrir y corromper es la misma utilizada en Lucas 12:33 donde Jesús dijo, “asegúrate de que tú tesoro este en el cielo donde el ladrón no llega y la polilla no corrompe”. Justo como un abrigo en un caliente y oscuro closet se lo comen las polillas y se arruinan, así nuestros cuerpos, en este mundo perdido, van a ser arruinados de una forma u otra. Porque toda la creación ha sido sujetada a vanidad y esclavizada a corrupción mientras dure esta época. Esa es mi primera mi afirmación.
Mí segunda afirmación es esta:
Hay una época venidera cuando todos los hijos de Dios que han resistido hasta el “final” en la fe, serán librados de toda vanidad y corrupción, espiritual y físicamente.
Según el versículo 21, la esperanza en la cual Dios sujeto la creación fue que algún día “la creación misma sería liberada de su esclavitud de corrupción a la libertad de la gloría de los hijos de Dios”. Y el verso. 23 dice que: “nosotros mismos gemimos dentro de nosotros mismos esperando ansiosamente nuestra adopción como hijos; la redención de nuestros cuerpos”. Esto no ha ocurrido todavía. Esperamos. Pero ocurrirá “nuestra ciudadanía esta en el cielo del cual esperamos un salvador, el Señor, Jesucristo, quien transformara el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloría suya” (Filipenses 3:20-21). “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la última trompeta, porque se tocara la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y seremos transformados” (1 Corintios 15:52). “El enjugara toda lagrima de nuestros ojos y ya no abr más muertes, ni abr más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4).
Esta llegando el día en que todo apoyo será tallado y toda silla de rueda será fundida en medallones de redención. Y Merlin, Reuben, Jim, Hazel, Ruth y todos los demás entre nosotros haremos ruedas de carros por todo el Reino de los Cielos. Pero todavía no. Todavía no. Gemimos esperando la redención de nuestros cuerpos. Pero el día esta llegando y esa es mí segunda afirmación.
Tercera,
Jesucristo vino y murió para adquirir nuestra redención, para demostrar ambos caracteres de esa redención, espiritual y física, y para un anticipo de ello.
Él adquirió nuestra redención, demostró su carácter y nos dio un anticipo de ello. Por favor escuche cuidadosamente, porque esta es una verdad malamente distorsionada por muchos curanderos de nuestros días.
El profeta Isaías anticipó el trabajo de Cristo así en 52:5-6, (un texto que Pedro aplicó a los cristianos en 1 Pedro 2:24):
Más él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
La bendición del perdón y la bendición del saneamiento físico fueron compradas por Cristo cuando murió por nosotros en la cruz. Y todo aquel que le da su vida a él tendrá ambos de estos beneficios ¿Pero cuándo? Esa de la pregunta de hoy ¿Cuándo seremos sanados? ¿Cuándo nuestros cuerpos no serán más esclavos de corrupción?
El ministerio de Jesús fue un ministerio de sanidad y de perdón. Él dijo a los discípulos de Juan el Bautista. “vayan y díganle a Juan lo que ven y oyen: los ciegos reciben su vista, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres les es anunciado el evangelio. Y aquel que no se ofende de mí es bendecido” (Mateo 11:4-6). ¿Ofensa? ¿Por qué se ofendería alguien del que resucita a los muertos y trae el Reino desde hace mucho tiempo esperado? Fácil- solo resucito unas tres personas. Dejo a cientos en las tumbas, todos a su alrededor. ¿Por qué? ¿Por qué, no suficientes familiares tenían fe? ¡O no! Cuando Jesús resucitó al hijo de la viuda, en Lucas 7:13-14, ella no lo conocía a él de ninguna parte. No fue por su fe todo lo que dice es “Tuvo compasión de ella” ¿Entonces qué? ¿No tuvo Él compasión de todos los otros sepultados en Israel?
La respuesta a ¿Por qué Jesús no resucitó a todos los muertos? Es que contrariamente a las expectaciones judías, la primera llegada del Mesías “no” era la consumación y completa redención de esta época perdida. La primera venida era más bien para adquirir esa consumación, ilustrar su carácter y traer un anticipo de ello a su pueblo. Por tanto, Cristo resucito algunos de los muertos para demostrar que él tenía ese poder y que un día vendría de nuevo y lo ejercería para todo su pueblo. Y sano a los enfermos para mostrar que su Reino final sería así. No habrá más llanto ni dolor nunca más.
Pero tenemos un anticipo de nuestra redención ahora en esta época. Los beneficios adquiridos por la cruz pueden ser disfrutados en medida hasta ahora incluyendo la sanidad. Dios puede y sana a los enfermos ahora, como respuesta a nuestras oraciones. Pero no siempre. Los traficantes de milagros que garantizan que Jesús lo quiere a usted bien ahora y amontonan culpa tras culpa en la espalda de la gente de Dios, afirmando que lo único entre ellos y la salud es no creer haber fallado al entendimiento de la naturaleza de los propósitos de Dios en esta era perdida. Ellos han minimizado la muerte del pecado y la importancia del aleccionamiento purificador de Dios y el valor de la fe a través del sufrimiento y son culpables de tratar de forzar en esta época lo que Dios quiere para la próxima.
Fíjese en el hilo del pensamiento en Romanos 8:23,24, “Nosotros mismos que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando ansiosos la adopción, la redención de nuestro cuerpo, porque en esperanza fuimos salvos”...”Por la redención adquirida por Cristo, los creyentes “ya” han recibido el Espíritu Santo. Esto es como la cuota inicial de nuestra total redención, pero es solamente el primer fruto, un anticipo. Y cuando Pablo acentúa que nosotros aún nosotros mismos, que tenemos este Espíritu gemimos esperando la redención de nuestros cuerpos, puede ver que el está previniendo contra la “falsa” deducción de que porque hemos sido salvos, por lo tanto nuestro gemir con la decadencia de nuestros cuerpos se acabo. Y sigue para decir en el verso 24, “Porque hemos sido salvos en esperanza”. Nuestra salvación no está terminada, esta solo comenzada. Somos salvos solamente “En esperanza”. Esto es verdad moralmente Pablo dice en Gálatas 5:5, “A través del Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia.” Y ello es verdad físicamente; esperamos la redención de nuestros cuerpos. Cristo ha adquirido esa redención, demostrado su realidad física en su ministerio de sanidad y no nos ha dado un anticipo de ello sanando a muchas personas en nuestros días, pero, a algunas muy lentamente, algunas solo en parte y otras nada - esa es mí tercera afirmación.
Cuarta,
Dios controla quién se enferma y quién se recupera, y todas sus decisiones son por el bien de sus hijos, aún si son muy dolorosas y muy duraderas.
Fue Dios quién sujeto la creación a vanidad y a corrupción y el es el único que puede libertarla de nuevo. En Éxodo 4:11, cuando Moisés se niega a ir a hablarle al Faraón, Dios le dice ¿Quién hizo la boca del hombre? ¿Quién le hace mudo o sordo, o lo hace ver, o ciego? ¿No soy yo el Señor? “Detrás de toda enfermedad está finalmente la soberana mano de Dios. Dios habla en Deuteronomio 32:39. “Ved ahora que yo, yo soy él, y no hay Dios además de mí; soy yo quien pone la muerte y da la vida. He herido y soy yo quien sane; y no hay nadie que se pueda librar de mí mano”.
¿Pero que de Satanás? ¿No es él el, el gran enemigo de nuestra totalidad? ¿No nos ataca el moral y físicamente? ¿No fue Satanás quien atormento a Job? Si fue él. Pero Satanás no tiene más poder que el que le es asignado por Dios. El es un enemigo encadenado. De hecho no fue incorrecto decir por el escritor del libro de Job que las llagas afligidas por Satanás fueron enviados por Dios. Por ejemplo en Job 2:7, leemos, “Satanás partió de la presencia del Señor, y afligió a Job con llagas detestables desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”. Entonces después que la esposa de Job lo insta a maldecir a Dios y morir, Job dice, “¿Recibiremos bien” de la mano de Dios” y no recibiremos mal?” Y para que no pensemos que Job erró al atribuir a Dios sus llagas, afligidas por Satanás, el escritor agrega en el versículo 10,2 en todo esto “no pecó” Job con sus labios”. En otras palabras, no es pecado reconocer la soberana mano de Dios, aún detrás de una enfermedad de la cual Satanás pueda ser la causa más inmediata.
De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza de que la creación misma ha de ser liberada de la corrupción que la esclaviza, para así alcanzar la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos que toda la creación todavía gime a una, como si tuviera dolores de parto. Y no sólo ella, sino también nosotros mismos, que tenemos las *primicias del Espíritu, gemimos interiormente, mientras aguardamos nuestra adopción como hijos, es decir, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esa esperanza fuimos salvados. Pero la esperanza que se ve, ya no es esperanza. ¿Quién espera lo que ya tiene? Pero si esperamos lo que todavía no tenemos, en la espera mostramos nuestra constancia. Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito.
Antes de ingresar en la universidad difícilmente dediqué un pensamiento al cáncer y a las enfermedades terminales. Pero desde esos días de universidad, la muerte por enfermedad, ha andado a mi lado todo el camino. Dos universitarios que yo conocía murieron de leucemia y cáncer de las glándulas linfáticas antes que tuvieran 22 años. En el seminario vi a Jim Morgan, mí profesor de Teología Sistemática, marchitarse y morir de cáncer intestinal en menos de un año. Tenía 36 años. En mí programa de Licenciatura en Alemania, mí propio “tutor de doctorado”, profesor Goppelt, murió de pronto justo antes de yo haber terminado. Tenía 62 años. Una coronaría masiva. Entonces vine a Bethlehem, ¡la casa de Dios! Y enseñé por 6 años y vi a estudiantes, profesores, y administradores morir de cáncer: Sue Port, Paul Greely, Bob Bergerud, Ruth Ludeman, Graydon Held, Chet Linday, Mary Ellen Carlson- todos Cristianos, todos muertos antes que su tercera década terminara. Y ahora he venido a Bethlehem y Harvey Ring. Ha muerto. Y pudieras multiplicar la lista por diez.
¿Qué debemos decir a estas cosas? algo tiene que decirse porque la enfermedad y la muerte son una amenaza a la fe en el amor y el poder de Dios. Y como un Pastor considero mí responsabilidad principal el alimentar y fortalecer la fe en el amor y el poder de Dios. No hay arma como la palabra de Dios para rechazar las amenazas a la fe. Por lo que quiero que hoy escuchemos cuidadosamente la enseñanza de las escrituras con respecto a Cristo y el cáncer, el poder y el amor de Dios por encima y en contra de las enfermedades de nuestros cuerpos.
Hoy considero este mensaje como un crucial mensaje pastoral, porque usted necesita conocer donde vuestro pastor se apoya en los temas de enfermedad, cura y muerte. Si pensó que era mí concepción que cada enfermedad era un fallo divino sobre algún pecado en particular, o que el fracaso después de unos pocos días de oración para ser curado era una clara señal de fe no autentica, o que en verdad es Satanás el gobernador de este mundo y que Dios solamente se mantiene sin hacer nada mientras su enemigo causa estragos con sus hijos-si pensó usted que alguna de esas eran mis nociones, usted se identificaría conmigo muy diferentemente a lo que lo haría si supiera lo que realmente pienso. Por lo tanto, quiero decirle lo que realmente pienso y tratar de mostrarle, desde las escrituras que estos pensamientos no son solo míos, sino que también, confío en los pensamientos de Dios. Así que quisiera que todo aquel que tenga una Biblia se dirija junto conmigo a (Romanos 8:18-28).
Hay seis afirmaciones las cuales resumirán mí teología de enfermedad, y al menos la semilla para cada una de estas afirmaciones este aquí. Leamos el texto:
Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloría venidera que en nosotros ha de manifestarse, 19 porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 La creación fue sujeta a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza. 21 por tanto, también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. 22 Sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora. 23 Y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo, 24 Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; ya que lo que alguno ve, ¿para qué esperarlo? 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. 26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 27 Pero el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los Santos. 28 Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Mi primera afirmación es esta:
La época en que vivimos, la cual se extiende desde la caída del hombre en el pecado hasta la segunda venida de Cristo, es una época en la que la creación, incluyendo nuestros cuerpos, ha sido sujetada a “vanidad” y a “esclavitud de corrupción.”
Versículo 20: “La creación fue sujetada a vanidad” versículo 21: “La creación será libertada de la esclavitud de corrupción“ la razón por la que conocemos que esto incluye a nuestros cuerpos, viene dada en el versículo 23: no solo la amplía creación sino nosotros mismos (i.e. Cristianos) gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción la redención de nuestros cuerpos“ nuestros cuerpos son parte de la creación y participan en toda la vanidad y la corrupción a la que fue sujetada la creación.
¿Quién es en este versículo 20 el que sujeto la creación a vanidad y esclavitud de corrupción? Es Dios. Los otros únicos posibles candidatos a considerar serian Satanás y el hombre mismo. Tal vez Pablo quiso decir que fue Satanás al traer al hombre dentro del pecado, o el hombre al escoger desobedecer a Dios- quizás se refiera a uno de ellos como al que sujeto la creación a vanidad. Pero no puede significar ni Satanás ni el hombre por las palabras “en esperanza” al final del versículo 20. Esta pequeña frase sujetada “en esperanza”, da el motivo o propósito del que sujetó la creación a vanidad. Pero no fue la intención del hombre ni la de Satanás el traer la corrupción sobre el mundo para que la esperanza en la redención pudiera ser despertada en los corazones de los hombres y que algún día la “libertad de la gloría de los hijos de Dios” pudiera brillar más radiantemente. Solamente una persona pudiera sujetar la creación o vanidad con ese motivo o propósito, el justo y cariñoso creador.
Por lo tanto, concluyo que este mundo permanece bajo la sentencia judicial de Dios sobre una humanidad rebelde y pecaminosa- una sentencia de vanidad y corrupción universal. Y ninguno está incluido ni siguiera los preciosos hijos de Dios.
Probablemente la vanidad y corrupción de la que Pablo habla se refiere a ambas ruina espiritual y ruina física. Por un lado, el hombre en su estado perdido, esta esclavizado a su imperfecta percepción: Metas mal planteadas, imprudentes meteduras de patas y entumecimiento espiritual. Por otro lado, hay diluvios, hambrunas, volcanes, terremotos, maremotos, plagas, mordeduras de serpientes, accidentes automovilísticos, caídas de aviones, asma, alergias, el catarro común y el cáncer; todo desgarrando y causando estragos en el cuerpo humano con dolor, llevando a los hombres- todos los hombres- al polvo.
Mientras estamos en el cuerpo somos esclavos de la corrupción. Pablo dijo esto mismo en otro lugar en 2 Corintios 4:16 dijo, “No desmayamos, aunque este nuestro hombre exterior (i.e. el cuerpo) se va desgastando (i.e. siendo corrompido) no obstante nuestro hombre interior se renueva día a día.” La palabra que Pablo utiliza aquí para podrir y corromper es la misma utilizada en Lucas 12:33 donde Jesús dijo, “asegúrate de que tú tesoro este en el cielo donde el ladrón no llega y la polilla no corrompe”. Justo como un abrigo en un caliente y oscuro closet se lo comen las polillas y se arruinan, así nuestros cuerpos, en este mundo perdido, van a ser arruinados de una forma u otra. Porque toda la creación ha sido sujetada a vanidad y esclavizada a corrupción mientras dure esta época. Esa es mi primera mi afirmación.
Mí segunda afirmación es esta:
Hay una época venidera cuando todos los hijos de Dios que han resistido hasta el “final” en la fe, serán librados de toda vanidad y corrupción, espiritual y físicamente.
Según el versículo 21, la esperanza en la cual Dios sujeto la creación fue que algún día “la creación misma sería liberada de su esclavitud de corrupción a la libertad de la gloría de los hijos de Dios”. Y el verso. 23 dice que: “nosotros mismos gemimos dentro de nosotros mismos esperando ansiosamente nuestra adopción como hijos; la redención de nuestros cuerpos”. Esto no ha ocurrido todavía. Esperamos. Pero ocurrirá “nuestra ciudadanía esta en el cielo del cual esperamos un salvador, el Señor, Jesucristo, quien transformara el cuerpo de la humillación nuestra para que sea semejante al cuerpo de la gloría suya” (Filipenses 3:20-21). “En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la última trompeta, porque se tocara la trompeta y los muertos serán levantados incorruptibles y seremos transformados” (1 Corintios 15:52). “El enjugara toda lagrima de nuestros ojos y ya no abr más muertes, ni abr más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4).
Esta llegando el día en que todo apoyo será tallado y toda silla de rueda será fundida en medallones de redención. Y Merlin, Reuben, Jim, Hazel, Ruth y todos los demás entre nosotros haremos ruedas de carros por todo el Reino de los Cielos. Pero todavía no. Todavía no. Gemimos esperando la redención de nuestros cuerpos. Pero el día esta llegando y esa es mí segunda afirmación.
Tercera,
Jesucristo vino y murió para adquirir nuestra redención, para demostrar ambos caracteres de esa redención, espiritual y física, y para un anticipo de ello.
Él adquirió nuestra redención, demostró su carácter y nos dio un anticipo de ello. Por favor escuche cuidadosamente, porque esta es una verdad malamente distorsionada por muchos curanderos de nuestros días.
El profeta Isaías anticipó el trabajo de Cristo así en 52:5-6, (un texto que Pedro aplicó a los cristianos en 1 Pedro 2:24):
Más él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; más Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.
La bendición del perdón y la bendición del saneamiento físico fueron compradas por Cristo cuando murió por nosotros en la cruz. Y todo aquel que le da su vida a él tendrá ambos de estos beneficios ¿Pero cuándo? Esa de la pregunta de hoy ¿Cuándo seremos sanados? ¿Cuándo nuestros cuerpos no serán más esclavos de corrupción?
El ministerio de Jesús fue un ministerio de sanidad y de perdón. Él dijo a los discípulos de Juan el Bautista. “vayan y díganle a Juan lo que ven y oyen: los ciegos reciben su vista, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres les es anunciado el evangelio. Y aquel que no se ofende de mí es bendecido” (Mateo 11:4-6). ¿Ofensa? ¿Por qué se ofendería alguien del que resucita a los muertos y trae el Reino desde hace mucho tiempo esperado? Fácil- solo resucito unas tres personas. Dejo a cientos en las tumbas, todos a su alrededor. ¿Por qué? ¿Por qué, no suficientes familiares tenían fe? ¡O no! Cuando Jesús resucitó al hijo de la viuda, en Lucas 7:13-14, ella no lo conocía a él de ninguna parte. No fue por su fe todo lo que dice es “Tuvo compasión de ella” ¿Entonces qué? ¿No tuvo Él compasión de todos los otros sepultados en Israel?
La respuesta a ¿Por qué Jesús no resucitó a todos los muertos? Es que contrariamente a las expectaciones judías, la primera llegada del Mesías “no” era la consumación y completa redención de esta época perdida. La primera venida era más bien para adquirir esa consumación, ilustrar su carácter y traer un anticipo de ello a su pueblo. Por tanto, Cristo resucito algunos de los muertos para demostrar que él tenía ese poder y que un día vendría de nuevo y lo ejercería para todo su pueblo. Y sano a los enfermos para mostrar que su Reino final sería así. No habrá más llanto ni dolor nunca más.
Pero tenemos un anticipo de nuestra redención ahora en esta época. Los beneficios adquiridos por la cruz pueden ser disfrutados en medida hasta ahora incluyendo la sanidad. Dios puede y sana a los enfermos ahora, como respuesta a nuestras oraciones. Pero no siempre. Los traficantes de milagros que garantizan que Jesús lo quiere a usted bien ahora y amontonan culpa tras culpa en la espalda de la gente de Dios, afirmando que lo único entre ellos y la salud es no creer haber fallado al entendimiento de la naturaleza de los propósitos de Dios en esta era perdida. Ellos han minimizado la muerte del pecado y la importancia del aleccionamiento purificador de Dios y el valor de la fe a través del sufrimiento y son culpables de tratar de forzar en esta época lo que Dios quiere para la próxima.
Fíjese en el hilo del pensamiento en Romanos 8:23,24, “Nosotros mismos que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando ansiosos la adopción, la redención de nuestro cuerpo, porque en esperanza fuimos salvos”...”Por la redención adquirida por Cristo, los creyentes “ya” han recibido el Espíritu Santo. Esto es como la cuota inicial de nuestra total redención, pero es solamente el primer fruto, un anticipo. Y cuando Pablo acentúa que nosotros aún nosotros mismos, que tenemos este Espíritu gemimos esperando la redención de nuestros cuerpos, puede ver que el está previniendo contra la “falsa” deducción de que porque hemos sido salvos, por lo tanto nuestro gemir con la decadencia de nuestros cuerpos se acabo. Y sigue para decir en el verso 24, “Porque hemos sido salvos en esperanza”. Nuestra salvación no está terminada, esta solo comenzada. Somos salvos solamente “En esperanza”. Esto es verdad moralmente Pablo dice en Gálatas 5:5, “A través del Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia.” Y ello es verdad físicamente; esperamos la redención de nuestros cuerpos. Cristo ha adquirido esa redención, demostrado su realidad física en su ministerio de sanidad y no nos ha dado un anticipo de ello sanando a muchas personas en nuestros días, pero, a algunas muy lentamente, algunas solo en parte y otras nada - esa es mí tercera afirmación.
Cuarta,
Dios controla quién se enferma y quién se recupera, y todas sus decisiones son por el bien de sus hijos, aún si son muy dolorosas y muy duraderas.
Fue Dios quién sujeto la creación a vanidad y a corrupción y el es el único que puede libertarla de nuevo. En Éxodo 4:11, cuando Moisés se niega a ir a hablarle al Faraón, Dios le dice ¿Quién hizo la boca del hombre? ¿Quién le hace mudo o sordo, o lo hace ver, o ciego? ¿No soy yo el Señor? “Detrás de toda enfermedad está finalmente la soberana mano de Dios. Dios habla en Deuteronomio 32:39. “Ved ahora que yo, yo soy él, y no hay Dios además de mí; soy yo quien pone la muerte y da la vida. He herido y soy yo quien sane; y no hay nadie que se pueda librar de mí mano”.
¿Pero que de Satanás? ¿No es él el, el gran enemigo de nuestra totalidad? ¿No nos ataca el moral y físicamente? ¿No fue Satanás quien atormento a Job? Si fue él. Pero Satanás no tiene más poder que el que le es asignado por Dios. El es un enemigo encadenado. De hecho no fue incorrecto decir por el escritor del libro de Job que las llagas afligidas por Satanás fueron enviados por Dios. Por ejemplo en Job 2:7, leemos, “Satanás partió de la presencia del Señor, y afligió a Job con llagas detestables desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”. Entonces después que la esposa de Job lo insta a maldecir a Dios y morir, Job dice, “¿Recibiremos bien” de la mano de Dios” y no recibiremos mal?” Y para que no pensemos que Job erró al atribuir a Dios sus llagas, afligidas por Satanás, el escritor agrega en el versículo 10,2 en todo esto “no pecó” Job con sus labios”. En otras palabras, no es pecado reconocer la soberana mano de Dios, aún detrás de una enfermedad de la cual Satanás pueda ser la causa más inmediata.
A solas conmigo
Pocos son los que dedican tiempo a descansar en Mis brazos y extraer fuerzas de Mi Espíritu y de Mi Palabra. Quiero que hagas esto por Mí: que dediques tiempo a Mi Palabra.
Al absorberla encontrarás fe, paz y reposo.
El recién nacido no puede crecer ni alimentarse si no pasa tiempo descansando en los brazos de su madre, mamando la leche nutritiva de sus pechos. Asimismo tú debes reposar en Mis brazos y oír Mis Palabras para que al asimilarlas crezcas en la fe.
Te Estoy Mirando y Voy a Obrar
Carta de tu Padre, Dios
Mi Querido Tesoro Especial:
...He visto tu aflicción, te he mirado en lo secreto. He escuchado tu clamor, conozco e interpreto tu silencio. He mirado y recogido cada lágrima que tus ojos han derramado. He sentido tu corazón querer estallar y la furia arder en tu pecho cuando frustrado(a), no consigues entender el propósito de lo que estás pasando en tu vida.
He escuchado tus preguntas y tus muchos cuestionamientos. He sentido también el dolor, cuando impotente dudas de lo que te he prometido. Yo soy Dios, no existe nadie que te conozca mejor que yo. Conozco cada centímetro de tu estatura, los detalles de tu cara y cuántos cabellos hay sobre tu cabeza. Soy el que te dice: ¡No temas! Esta situación parece muy grande y piensas que se ha salido de tus manos. Pero es el momento de dejar tus cargas y tristezas sobre mí y aprender a descansar en mi reposo.
Mi Querido Tesoro Especial:
...He visto tu aflicción, te he mirado en lo secreto. He escuchado tu clamor, conozco e interpreto tu silencio. He mirado y recogido cada lágrima que tus ojos han derramado. He sentido tu corazón querer estallar y la furia arder en tu pecho cuando frustrado(a), no consigues entender el propósito de lo que estás pasando en tu vida.
He escuchado tus preguntas y tus muchos cuestionamientos. He sentido también el dolor, cuando impotente dudas de lo que te he prometido. Yo soy Dios, no existe nadie que te conozca mejor que yo. Conozco cada centímetro de tu estatura, los detalles de tu cara y cuántos cabellos hay sobre tu cabeza. Soy el que te dice: ¡No temas! Esta situación parece muy grande y piensas que se ha salido de tus manos. Pero es el momento de dejar tus cargas y tristezas sobre mí y aprender a descansar en mi reposo.
Se quema la choza!!!
Un Día, zarpó un barco a alta mar. Iban 20 hombres
Era un viaje de 50 días y entre ellos se encontraba un fiel cristiano, un marinerito cristiano del que todos los tripulantes se burlaban.
Una noche estalló el cuarto de máquinas y el barco se hundió... sobreviviendo sólo el fiel cristiano al naufragio.
El único sobreviviente de un naufragio llegó a una pequeña isla desierta.
Oraba fervientemente, pidiendo a Dios que alguien lo rescatara. Todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba.
El único sobreviviente de un naufragio llegó a una pequeña isla desierta.
Oraba fervientemente, pidiendo a Dios que alguien lo rescatara. Todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta nunca llegaba.
Ser abuela antes de tiempo
Tejedora Abuela antes de tiempo, Embarazo, Madre adolescente, Mujer, REFLEXION
Una madre se entera que su hija adolescente está embarazada... ¿una noticia feliz?
Una nueva vida siempre es una celebración. Cuando llega un nuevo bebé, en su círculo de influencia se le da la bienvenida con los brazos abiertos.
Si las circunstancias alrededor del nacimiento no han sido lo que se considera ideal, no respondas con la desaprobación. Tienes la oportunidad de empezar a formar parte de la herencia de bien que el niño va a tener. Tu influencia puede ahora ayudar a dar forma a una mamá joven y darle algunas herramientas espirituales muy necesarias.
Gracias a Dios por esta nueva vida!
Una nueva vida siempre trae a mis pensamientos nuevamente, la historia de Ana en el libro de 1 Samuel en la Biblia.
La historia
Ana anhelaba un hijo y no fue capaz de concebir. En esa cultura antigua, su marido tenía una segunda esposa. Ella concibió a menudo y tuvieron muchos hijos y el corazón de Ana se rompió. Para colmo la otra esposa era cruel y despiadada en su tormento de Ana y continuamente se burlaba de ella por su falta de hijos.
En aquellos tiempos se acostumbraba a viajar cada año a un lugar donde la gente adoraba a Dios. No sólo celebranan el cuidado de Dios para ellos en el pasado, sino también su bendición en que los cultivos de años próximos.
En esta celebración particular, registrada en 1 Samuel, Ana siente profundamente su falta de hijos. En este caso su rival fue especialmente cruel en sus burlas hasta que Ana lloraba y había perdido el apetito. Su marido no podía consolarla.
Finalmente, una noche Ana se puso de pie, decidida en su corazón a ir a buscar a Dios. Ella fue al templo del Señor, el lugar donde la presencia de Dios habitaba, y ella derramó su corazón a Dios. La Biblia nos dice en "la amargura del alma de Ana lloraba mucho y oró al Señor". Sólo se puede sentir el anhelo de su corazón!
Mientras oraba presentó su carga para el Señor y prometió a Dios que si Él la bendijo con un hijo, y le daría de nuevo a Dios.
Lo que un grito desesperado del corazón y la presentación y lo que la voluntad de honrar a Dios con la respuesta!
Dios responde con la paz
El sacerdote vio a Ana llorando y murmurando y pensó que estaba borracha de la fiesta. Trató de espantarla del templo, pero ella tomó la palabra y se defendió con decisión y le dijo que estaba orando, estaba derramando su alma al Señor en una gran angustia y dolor.
El sacerdote Eli, y luego le dijo: "Vayan en paz y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido"
Es muy importante tener en cuenta que la Biblia nos dice entonces que Ana siguió su camino, comió algo y ¡no estuvo más abatida! ¡Su espíritu se levantó!
Parecía que realmente pudo "ir en paz" - la paz de la presencia del Señor.
Me encanta esta historia porque describe la estructura del corazón de una mujer. En él se describe la profundidad de los sentimientos que ella tenía sobre el tema que descansaba en gran medida en su corazón y su mente. En él se describe su angustia. Sin embargo, también describe su sabiduría en el último llegando al punto de descargar a sí misma a Dios que podía ayudarla. Ella fue honesta ante Dios acerca de su estado emocional. ¡Y ella dejó ese lugar de oración sin estar abatida!
Una conciencia justa
Tejedora caminar con Dios, conocer a Dios, devocional, REFLEXION, reflexiones cortas
El estar reconciliado con Dios y ser aceptado ante Él por medio de Jesucristo (vea 2 Corintios 5:21) es un privilegio maravilloso y una bendición. ¡Sólo piénselo! Nunca más tenemos que tener miedo o sentirnos avergonzados y condenados, cuando tratamos de orar y tener comunión con Dios. Podemos acercarnos al trono de Dios con valentía, sin reservas, y con tanta frecuencia como elijamos. Dios nos ama y nos recibe con los brazos abiertos. A Él le encanta escuchar nuestras peticiones y obrar en nosotros para llevarnos a la plenitud de su voluntad.
Muchas personas se sienten mal consigo mismos, no bien. Antes de aceptar a Jesús como Salvador, no podemos hacer nada sino sentirnos mal, porque muchas cosas en nosotros están mal. Decimos cosas malas, tomamos malas decisiones, hacemos cosas malas y nos comportamos de mala manera hacia otras personas. Pero por medio de Cristo, somos reconciliados con Dios y hechos aceptos en Él. Todavía hacemos cosas equivocadas, pero la justicia es satisfecha en Jesucristo, quien pagó la deuda que nos pertenecía y se transformó en el sacrificio final por nuestros pecados.
Muchas personas se sienten mal consigo mismos, no bien. Antes de aceptar a Jesús como Salvador, no podemos hacer nada sino sentirnos mal, porque muchas cosas en nosotros están mal. Decimos cosas malas, tomamos malas decisiones, hacemos cosas malas y nos comportamos de mala manera hacia otras personas. Pero por medio de Cristo, somos reconciliados con Dios y hechos aceptos en Él. Todavía hacemos cosas equivocadas, pero la justicia es satisfecha en Jesucristo, quien pagó la deuda que nos pertenecía y se transformó en el sacrificio final por nuestros pecados.
La historia de Pascua
Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenarlo, sino para salvarlo " (Juan 3:16-17).
La última cena ( Marcos capítulo 14)
Así que los dos discípulos se adelantaron a la ciudad y encontraron todo como Jesús había dicho y prepararon la cena de Pascua allí.
Por la tarde llegó Jesús con los doce discípulos. Cuando estaban sentados a la mesa comiendo, Jesús dijo: " La verdad es que uno de vosotros me va a entregar, uno de ustedes que está aquí comiendo conmigo. "
¿Quién dijo Jesús que era? ¿Y por qué me debe importar? ¿Todavía tiene preguntas? : Consúltenos
Entristecieron mucho, uno a uno comenzaron a preguntarle: "Yo no soy el único, soy yo?"
Él respondió:
" Es uno de vosotros los doce, uno que está comiendo conmigo ahora. Porque yo, el Hijo del hombre, debe morir, según está escrito de hace mucho tiempo. Pero lo terrible que será para mi traidor. Es mucho mejor para él si él no haber nacido ! "
Mientras comían, Jesús tomó un pan y le pidió la bendición de Dios en él. Luego lo partió en pedazos y se lo dio a sus discípulos, diciendo:
" Toma, porque esto es mi cuerpo . "
Y tomando una copa de vino y dio gracias a Dios por ello. Se lo dio a ellos, y todos bebieron de ella. Y Él les dijo:
" Esta es mi sangre, derramada por muchos, sellando la alianza entre Dios y su pueblo. Declaro solemnemente que no voy a beber vino otra vez hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios. "
Luego cantaron un himno y se fue al monte de los Olivos.
La última cena ( Marcos capítulo 14)
Así que los dos discípulos se adelantaron a la ciudad y encontraron todo como Jesús había dicho y prepararon la cena de Pascua allí.
Por la tarde llegó Jesús con los doce discípulos. Cuando estaban sentados a la mesa comiendo, Jesús dijo: " La verdad es que uno de vosotros me va a entregar, uno de ustedes que está aquí comiendo conmigo. "
¿Quién dijo Jesús que era? ¿Y por qué me debe importar? ¿Todavía tiene preguntas? : Consúltenos
Entristecieron mucho, uno a uno comenzaron a preguntarle: "Yo no soy el único, soy yo?"
Él respondió:
" Es uno de vosotros los doce, uno que está comiendo conmigo ahora. Porque yo, el Hijo del hombre, debe morir, según está escrito de hace mucho tiempo. Pero lo terrible que será para mi traidor. Es mucho mejor para él si él no haber nacido ! "
Mientras comían, Jesús tomó un pan y le pidió la bendición de Dios en él. Luego lo partió en pedazos y se lo dio a sus discípulos, diciendo:
" Toma, porque esto es mi cuerpo . "
Y tomando una copa de vino y dio gracias a Dios por ello. Se lo dio a ellos, y todos bebieron de ella. Y Él les dijo:
" Esta es mi sangre, derramada por muchos, sellando la alianza entre Dios y su pueblo. Declaro solemnemente que no voy a beber vino otra vez hasta el día en que lo beba nuevo en el Reino de Dios. "
Luego cantaron un himno y se fue al monte de los Olivos.
Fluir libremente
En los tiempos del Antiguo Testamento, detener los pozos de agua con piedras era una de las armas utilizadas para vencer a los enemigos (vea 2 Reyes 3:19). Nuestro enemigo, el diablo, sigue utilizando hoy esa arma contra nosotros.
Creo que tú y yo nacimos abiertos y libres con capacidad para fluir. Pero con el tiempo, nuestro enemigo, Satanás, viene y comienza a arrojar piedras en el pozo de nuestro ser interior como piedras de abuso, sufrimiento, rechazo, abandono, incomprensión, amargura, resentimiento, autocompasión, venganza, depresión, desesperanza, y la lista continúa. Para cuando nos convertimos en adultos, nuestros pozos están tan llenos de piedras que están obstruidos y ya no fluyen con libertad en nuestro interior. De vez en cuando, podremos sentir un pequeño borboteo en nuestro interior, pero nunca parecemos experimentar la liberación total necesaria para que las aguas de nuestras almas vuelvan a fluir libremente.
Creo que tú y yo nacimos abiertos y libres con capacidad para fluir. Pero con el tiempo, nuestro enemigo, Satanás, viene y comienza a arrojar piedras en el pozo de nuestro ser interior como piedras de abuso, sufrimiento, rechazo, abandono, incomprensión, amargura, resentimiento, autocompasión, venganza, depresión, desesperanza, y la lista continúa. Para cuando nos convertimos en adultos, nuestros pozos están tan llenos de piedras que están obstruidos y ya no fluyen con libertad en nuestro interior. De vez en cuando, podremos sentir un pequeño borboteo en nuestro interior, pero nunca parecemos experimentar la liberación total necesaria para que las aguas de nuestras almas vuelvan a fluir libremente.
Después de algún tiempo aprenderás...
Después de algún tiempo aprenderás la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos son promesas…
Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Aprenderás que es uno mismo quien debe cultivar su propio jardín y decorar su alma, en vez de esperar que alguien le traiga flores.
Después de algún tiempo aprenderás la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos son promesas…. Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza alta y la mirada al frente, con la gracia de una mujer y no con la tristeza de un niño y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos son promesas…
Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado. Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Aprenderás que es uno mismo quien debe cultivar su propio jardín y decorar su alma, en vez de esperar que alguien le traiga flores.
Después de algún tiempo aprenderás la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad. Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni los regalos son promesas…. Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza alta y la mirada al frente, con la gracia de una mujer y no con la tristeza de un niño y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Me lastimaron...
Muchas personas están heridas porque Dios no obró como ellas pensaban que El podría obrar. Juan 11: 6 – 16; 38 – 44. Primero dice que le mandan a avisar a Jesús que Lázaro esta enfermo y Jesús en vez de ir y sanarlo, pasan dos días más. Lázaro se murió.
Hoy quiero hablarte sobre el dolor
Muchas personas están heridas porque Dios no obró como ellas pensaban que El podría obrar. Somos como Maria y Marta, que cuando Jesús llegó y Lázaro ya estaba muerto, ellas le reprocharon: “Señor, ¿Por qué no viniste antes?”
Mucha gente está dolida porque Dios no sanó a ese hijo enfermo; Dios no te dio ese trabajo que esperabas; de pronto pediste muchas cosas, le cayeron los ,milagros otros y a vos no te vino. De pronto parece que Dios llega tarde a tu vida, que Dios no a obrado. Muchos cristianos caminan con dolor por que dicen que Dios no les contestó por lo que clamaban, adoraron, ofrendaron, y El no se los dio. Están dolidos porque Dios no actuó como ellos le pidieron.
Jesús le va a enseñar dos cosas muy importantes a María y a Marta.
1-DIOS NO HA OCASIONADO MI DOLOR: Es lo primero que tenés que tener claro, Dios no te va a mandar una enfermedad, no va a mandar a la muerte a tus hijos, Dios no va a quitarte el trabajo, Dios no va a hacer nada malo, porque los pensamientos de Dios son pensamientos de paz.
Hoy quiero hablarte sobre el dolor
Muchas personas están heridas porque Dios no obró como ellas pensaban que El podría obrar. Somos como Maria y Marta, que cuando Jesús llegó y Lázaro ya estaba muerto, ellas le reprocharon: “Señor, ¿Por qué no viniste antes?”
Mucha gente está dolida porque Dios no sanó a ese hijo enfermo; Dios no te dio ese trabajo que esperabas; de pronto pediste muchas cosas, le cayeron los ,milagros otros y a vos no te vino. De pronto parece que Dios llega tarde a tu vida, que Dios no a obrado. Muchos cristianos caminan con dolor por que dicen que Dios no les contestó por lo que clamaban, adoraron, ofrendaron, y El no se los dio. Están dolidos porque Dios no actuó como ellos le pidieron.
Jesús le va a enseñar dos cosas muy importantes a María y a Marta.
1-DIOS NO HA OCASIONADO MI DOLOR: Es lo primero que tenés que tener claro, Dios no te va a mandar una enfermedad, no va a mandar a la muerte a tus hijos, Dios no va a quitarte el trabajo, Dios no va a hacer nada malo, porque los pensamientos de Dios son pensamientos de paz.
Descubre tu destino en el toque del Maestro
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. —Romanos 8:15–16
Kathryn Kulman, una importante evangelista de sanidad del siglo veinte dijo que existe algo mucho más grande que sanar cuerpos enfermos. El milagro mucho más grande es la regeneración de su espíritu por el Espíritu Santo. En sus palabras: Jesús dijo: “Debes nacer de Nuevo”. No es opcional. Él nunca le impone la salvación. Usted viene a Él porque desea hacerlo. Las Escrituras dicen: “Y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). No existe ningún toque en el universo como el toque de su mano perforada. Todo aquel que es tocado por ella es restaurado. Todo aquel que es tocado por Él, descubre la salvación, la sanidad y el poder que yacen en su toque. El toque del maestro hace nuevas todas las cosas.
En sus primeros años como cristiano, Watchman Nee, un famoso teólogo chino, aprendió que el hombre está compuesto de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Él comprendió que el alma es la personalidad del hombre, el cuerpo es la parte exterior del hombre que está en contacto con el mundo físico y el espíritu es la parte más profunda del hombre que está en contacto con el mundo espiritual. Los creyentes son regenerados por el Espíritu de Dios en su espíritu (Romanos 8:16) y se convierten en un espíritu con el Señor (1 Corintios 6:17). Ese poder de regeneración trae sanidad y plenitud a su hombre interior: su espíritu.
A menudo no nos concebimos fácilmente como un “ser espiritual” hecho a la imagen de Dios, como enseña el libro de Génesis (Génesis 1:26–27). Tampoco discutimos de la condición de nuestra alma cuando hablamos acerca de nuestra necesidad de sanidad. Sin embargo, podemos describir inconscientemente nuestra aflicción de alma y espíritu cuando nos referimos al dolor emocional o angustia mental que padecemos.
Kathryn Kulman, una importante evangelista de sanidad del siglo veinte dijo que existe algo mucho más grande que sanar cuerpos enfermos. El milagro mucho más grande es la regeneración de su espíritu por el Espíritu Santo. En sus palabras: Jesús dijo: “Debes nacer de Nuevo”. No es opcional. Él nunca le impone la salvación. Usted viene a Él porque desea hacerlo. Las Escrituras dicen: “Y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37). No existe ningún toque en el universo como el toque de su mano perforada. Todo aquel que es tocado por ella es restaurado. Todo aquel que es tocado por Él, descubre la salvación, la sanidad y el poder que yacen en su toque. El toque del maestro hace nuevas todas las cosas.
En sus primeros años como cristiano, Watchman Nee, un famoso teólogo chino, aprendió que el hombre está compuesto de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. Él comprendió que el alma es la personalidad del hombre, el cuerpo es la parte exterior del hombre que está en contacto con el mundo físico y el espíritu es la parte más profunda del hombre que está en contacto con el mundo espiritual. Los creyentes son regenerados por el Espíritu de Dios en su espíritu (Romanos 8:16) y se convierten en un espíritu con el Señor (1 Corintios 6:17). Ese poder de regeneración trae sanidad y plenitud a su hombre interior: su espíritu.
A menudo no nos concebimos fácilmente como un “ser espiritual” hecho a la imagen de Dios, como enseña el libro de Génesis (Génesis 1:26–27). Tampoco discutimos de la condición de nuestra alma cuando hablamos acerca de nuestra necesidad de sanidad. Sin embargo, podemos describir inconscientemente nuestra aflicción de alma y espíritu cuando nos referimos al dolor emocional o angustia mental que padecemos.
Esperanza contra esperanza
Un hombre se cayó en un precipicio, se agarró de una rama y clamó por ayuda. Una voz desde arriba le dijo: “Soy tu Dios. Puedo ayudarte si tan solo te sueltas” .
El hombre respondió: “¿Hay... alguien más allí arriba?”
Esta es una historia antigua, buena para hacernos reír porque todos nos identificamos con el hombre y lo que sintió. Nos enfrentamos a situaciones en las que no estamos seguros que el Dios de arriba realmente puede ayudarnos, y nos preguntamos si habrá alguien más que esté disponible.
Pero, ¿te has detenido a pensar lo grande que es Dios? Las Sagradas Escrituras nos dicen que Dios creó los cielos y la Tierra. ¿Cuán grande son los cielos y la Tierra? La Tierra está a 384.000 Kilómetros de la Luna, y esto es simplemente una fracción de la distancia entre la Tierra y Marte.
Imperfectos
Tener expectativas irreales sobre las personas nos prepara para la decepción. ¿Estoy diciendo que no debo tener expectativas? ¡Por supuesto que no! Debemos esperar lo mejor de las personas, pero al mismo tiempo debemos recordar que son seres humanos, con imperfecciones.
Cuando los discípulos de Jesús lo decepcionaron, Él no quedó anonadado porque ya sabía y conocía perfectamente la naturaleza humana, como aprendemos en Juan 2:25. Jesús esperaba lo mejor de sus discípulos, pero sabía que aún lo mejor seguiría siendo imperfecto.
He llegado a darme cuenta de que tendemos a buscar el cónyuge perfecto, el amigo perfecto, el trabajo perfecto, el vecindario perfecto, la iglesia perfecta, y la verdad es que ¡eso no existe! Mientras estemos en cuerpos terrenales, seremos imperfectos. Dios debe haber sabido que eso sería así, porque en su Palabra nos da instrucciones sobre cómo tratar con las personas que nos irritan o nos decepcionan.
Cuando los discípulos de Jesús lo decepcionaron, Él no quedó anonadado porque ya sabía y conocía perfectamente la naturaleza humana, como aprendemos en Juan 2:25. Jesús esperaba lo mejor de sus discípulos, pero sabía que aún lo mejor seguiría siendo imperfecto.
He llegado a darme cuenta de que tendemos a buscar el cónyuge perfecto, el amigo perfecto, el trabajo perfecto, el vecindario perfecto, la iglesia perfecta, y la verdad es que ¡eso no existe! Mientras estemos en cuerpos terrenales, seremos imperfectos. Dios debe haber sabido que eso sería así, porque en su Palabra nos da instrucciones sobre cómo tratar con las personas que nos irritan o nos decepcionan.
Oración por la Mujer
Gracias, Dios Padre Bueno, por el amor que nos tienes;
porque nos has creado a tu imagen y semejanza
en la condición de varón y mujer;
para que, reconociéndonos diferentes,
busquemos complementarnos:
el varón como apoyo de la mujer
y la mujer como apoyo del varón.
Gracias, Padre Bueno, por la mujer
y su misión en la comunidad humana.
Tendremos la victoria
Cuando las personas o los acontecimientos vienen contra nosotros para destruirnos, como Sanbalat y Tobías trataron de destruir a Nehemías y su obra, tenemos que estar firmes, confiados en que todo va a resultar para bien (vea Nehemías 4:20). Sea lo que fuere lo que estés atravesando, recuerda: “esto también pasará”.
Cuando surjan los problemas —y surgirán— no tenemos que suponer que el Señor va a intervenir y hacerse cargo de todos ellos sin nuestra invitación. Tenemos que orar y pedirle que cambie nuestras circunstancias. Después, debemos permanecer constantes y estables como lo hizo Nehemías, y ésa será para el enemigo la señal de su inminente caída y destrucción.
Cuando surjan los problemas —y surgirán— no tenemos que suponer que el Señor va a intervenir y hacerse cargo de todos ellos sin nuestra invitación. Tenemos que orar y pedirle que cambie nuestras circunstancias. Después, debemos permanecer constantes y estables como lo hizo Nehemías, y ésa será para el enemigo la señal de su inminente caída y destrucción.
¡Mi Dios se deleita en mí!
El Espíritu Santo le dio a David una revelación que es la clave para toda liberación. David pudo decir: "La razón por la cual Dios me libró de todos mis enemigos, de todos mis dolores y poderes del infierno, es porque soy preciado para Él. ¡Mi Dios se deleita en mí!", "Me sacó a lugar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí" (Salmo 18:19). ¿Necesitas liberación? ¿Liberación de lujuria, de tentación o de alguna prueba? ¿Liberación de un problema mental, espiritual, emocional o físico? La clave de tu victoria se encuentra en este versículo. Dios se deleita en ti. ¡Eres preciada para Dios!
En el libro Cantar de los Cantares, el Señor dice de su novia: ¡Cuán justa eres y cuán agradable, oh amor deleitoso! (Cantares 7:6). Tres de las palabras hebreas en este verso son sinónimos: justo, que significa "preciado"; agradable, que se refiera a algo "placentero", y deleitoso. Estas palabras describen los pensamientos de Jesús hacia su novia como Él la contempla. Él la mira y dice: "¡Qué hermosa, dulce y encantadora eres. Eres preciada para mí, Oh amor!". A su vez, la novia alardea: "Yo soy de mi amado y su deseo es hacia mí "(Cantar de los Cantares 7:10). El significado aquí es, "Él corre detrás de mí con deleite. Él me persigue porque soy muy preciada para Él". Estos mismos pensamientos se encuentran en los Salmos: "Se complace Jehová en los que le temen y en los que esperan en su misericordia "(Salmo 147:11). "El Señor tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación" (Salmo 149:4).
En el libro Cantar de los Cantares, el Señor dice de su novia: ¡Cuán justa eres y cuán agradable, oh amor deleitoso! (Cantares 7:6). Tres de las palabras hebreas en este verso son sinónimos: justo, que significa "preciado"; agradable, que se refiera a algo "placentero", y deleitoso. Estas palabras describen los pensamientos de Jesús hacia su novia como Él la contempla. Él la mira y dice: "¡Qué hermosa, dulce y encantadora eres. Eres preciada para mí, Oh amor!". A su vez, la novia alardea: "Yo soy de mi amado y su deseo es hacia mí "(Cantar de los Cantares 7:10). El significado aquí es, "Él corre detrás de mí con deleite. Él me persigue porque soy muy preciada para Él". Estos mismos pensamientos se encuentran en los Salmos: "Se complace Jehová en los que le temen y en los que esperan en su misericordia "(Salmo 147:11). "El Señor tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación" (Salmo 149:4).
Un niño que sirve al Señor
El niño se puso su ropa para el frío y le dijo a su padre:
OK, papá, estoy listo'.
Su papá, el Pastor, le dijo, 'Listo para qué?'
'Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.'
El papá respondió, 'Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando.'
El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, 'Pero Papá, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.'
El Papá contestó , 'Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.'
Con desespero, el niño dijo, 'Papá, puedo ir yo solo? Por favor?
Su padre titubeó por un momento y luego dijo, 'Hijo, tú puedes ir.. Aquí tienes los volantes, ten cuidado.'
'Gracias papá!'
Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.
OK, papá, estoy listo'.
Su papá, el Pastor, le dijo, 'Listo para qué?'
'Papá, es hora de ir afuera y repartir nuestros volantes.'
El papá respondió, 'Hijo, esta muy frío afuera y está lloviznando.'
El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, 'Pero Papá, la gente necesitan saber de Dios aún en los días lluviosos.'
El Papá contestó , 'Hijo yo no voy a ir afuera con este tiempo.'
Con desespero, el niño dijo, 'Papá, puedo ir yo solo? Por favor?
Su padre titubeó por un momento y luego dijo, 'Hijo, tú puedes ir.. Aquí tienes los volantes, ten cuidado.'
'Gracias papá!'
Y con esto, el hijo se fue debajo de la lluvia. El niño de 11 años caminó todas las calles del pueblo, repartiendo los volantes a las personas que veía.
¿Es eso amor?
¿Qué significa amar realmente a su cónyuge? Tal vez no sea lo que usted cree. Si realizara una encuesta entre sus amistades casadas (garantizando el anonimato) y le pidiera que valorara en una escala del 1 al 10, siendo 1 “compromiso total con mis propios intereses” y siendo 10 “compromiso total con el bienestar de mi cónyuge”, predigo que la mayoría se agruparán cerca del 5. Porque si somos honestos, la mayoría de nosotros piensa qué va a sacar de la relación, lo maravilloso que nos va a resultar todo.
¿Es eso amor? Durante los últimos años, le he preguntado a varios grupos de estudio que me digan su definición de amor. Algunos dan mayor énfasis al aspecto físico-emocional del amor, donde otros han enfatizado la naturaleza altruista del amor. Una que me gusta es: “Amor es una palabra de cuatro letras, que se compone de dos vocales: A y O, de dos consonantes: M y R, y de dos tontos: tú y yo”.
En este instante, sin intentar definir qué es amor, quiero explicarles dos planteamientos muy extraños que aparecen en las Escrituras. En Efesios 5:25 se amonesta a los esposos: “Amad a vuestras mujeres” y en Tito 2:3–4, se aconseja a las ancianas: “Enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos”. Le recuerdo que dicha construcción gramatical en Efesios 5:25 es la misma del versículo 18, donde aparece: “Sed llenos del Espíritu”. Es un mandamiento.
¿Por qué se manda al hombre a que ame a su esposa y se manda a la esposa a que ame a su esposo? ¿No es ese el sentido del matrimonio? ¿No fue esa la primera razón por la que usted se casó? Eso es lo que me dicen las parejas cuando vienen a analizar su matrimonio. ¿Por qué, entonces, se nos manda a amarnos después de casarnos?
¿Será que eso que llamamos “amor” no es amor en absoluto? ¿Será que para la mayoría de las parejas el amor viene después de la boda, si es que en verdad se hace presente?
Echemos un vistazo a 1 Corintios 13:4–8 para ver la mejor descripción (no definición) de amor que haya encontrado jamás. Léala detenidamente en una traducción moderna, tenga en mente las implicaciones que tendría en el matrimonio. El pasaje se lee usualmente durante las bodas e inspira incluso a los no creyentes por su belleza y poesía. Pocos, sin embargo, ven las implicaciones prácticas.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
“El amor nunca deja de ser”.
Ese pasaje es demasiado complicado para poder digerirlo de una sola vez, así que tome algunas de las ideas claves. El amor es paciente y benévolo, nunca exige que las cosas se hagan a su manera; no es un “sabelotodo”, sino que es comprensivo, no se ofende con facilidad; es cortés; muestra una actitud positiva ante los problemas. Todas esas características del amor van dirigidas al bienestar de la persona amada.
¿Pero todas estas cualidades del amor necesitan de un “sentimiento” afectuoso hacia la persona amada? No responda sin pensar. ¿Cuán cálido tiene que ser el sentimiento para que uno sea benévolo, para que uno sea paciente? Verá, el tipo de amor que se describe en 1 Corintios 13 no hace énfasis en las emociones, sino en las actitudes y las acciones, que no son ajenas a nuestra voluntad.
Con frecuencia las parejas vienen a mí en medio de las dificultades de su matrimonio. Están a punto de separarse y cuando les pregunto por qué, dicen sus puntos de contención y concluyen con el factor decisivo: “Bueno, es que sencillamente ya no nos amamos”. Se supone que eso sea definitivo. El divorcio es la única alternativa. Después de todo, no podemos evitarlo. Nuestro amor, sencillamente, “se perdió”. O: “Es ajeno a nuestra voluntad”. Un esposo dijo: “Desearía poder amarla, pero ya es demasiado tarde. Ya han pasado demasiadas cosas”.
Yo no creo eso. Si usted busca compasión desde ese punto de vista, no venga a verme. Le haría cualquier cosa menos un favor si le hiciera creer que la felicidad de su matrimonio es “ajena a su voluntad”.
¿Es eso amor? Durante los últimos años, le he preguntado a varios grupos de estudio que me digan su definición de amor. Algunos dan mayor énfasis al aspecto físico-emocional del amor, donde otros han enfatizado la naturaleza altruista del amor. Una que me gusta es: “Amor es una palabra de cuatro letras, que se compone de dos vocales: A y O, de dos consonantes: M y R, y de dos tontos: tú y yo”.
En este instante, sin intentar definir qué es amor, quiero explicarles dos planteamientos muy extraños que aparecen en las Escrituras. En Efesios 5:25 se amonesta a los esposos: “Amad a vuestras mujeres” y en Tito 2:3–4, se aconseja a las ancianas: “Enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos”. Le recuerdo que dicha construcción gramatical en Efesios 5:25 es la misma del versículo 18, donde aparece: “Sed llenos del Espíritu”. Es un mandamiento.
¿Por qué se manda al hombre a que ame a su esposa y se manda a la esposa a que ame a su esposo? ¿No es ese el sentido del matrimonio? ¿No fue esa la primera razón por la que usted se casó? Eso es lo que me dicen las parejas cuando vienen a analizar su matrimonio. ¿Por qué, entonces, se nos manda a amarnos después de casarnos?
¿Será que eso que llamamos “amor” no es amor en absoluto? ¿Será que para la mayoría de las parejas el amor viene después de la boda, si es que en verdad se hace presente?
Echemos un vistazo a 1 Corintios 13:4–8 para ver la mejor descripción (no definición) de amor que haya encontrado jamás. Léala detenidamente en una traducción moderna, tenga en mente las implicaciones que tendría en el matrimonio. El pasaje se lee usualmente durante las bodas e inspira incluso a los no creyentes por su belleza y poesía. Pocos, sin embargo, ven las implicaciones prácticas.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
“El amor nunca deja de ser”.
Ese pasaje es demasiado complicado para poder digerirlo de una sola vez, así que tome algunas de las ideas claves. El amor es paciente y benévolo, nunca exige que las cosas se hagan a su manera; no es un “sabelotodo”, sino que es comprensivo, no se ofende con facilidad; es cortés; muestra una actitud positiva ante los problemas. Todas esas características del amor van dirigidas al bienestar de la persona amada.
¿Pero todas estas cualidades del amor necesitan de un “sentimiento” afectuoso hacia la persona amada? No responda sin pensar. ¿Cuán cálido tiene que ser el sentimiento para que uno sea benévolo, para que uno sea paciente? Verá, el tipo de amor que se describe en 1 Corintios 13 no hace énfasis en las emociones, sino en las actitudes y las acciones, que no son ajenas a nuestra voluntad.
Con frecuencia las parejas vienen a mí en medio de las dificultades de su matrimonio. Están a punto de separarse y cuando les pregunto por qué, dicen sus puntos de contención y concluyen con el factor decisivo: “Bueno, es que sencillamente ya no nos amamos”. Se supone que eso sea definitivo. El divorcio es la única alternativa. Después de todo, no podemos evitarlo. Nuestro amor, sencillamente, “se perdió”. O: “Es ajeno a nuestra voluntad”. Un esposo dijo: “Desearía poder amarla, pero ya es demasiado tarde. Ya han pasado demasiadas cosas”.
Yo no creo eso. Si usted busca compasión desde ese punto de vista, no venga a verme. Le haría cualquier cosa menos un favor si le hiciera creer que la felicidad de su matrimonio es “ajena a su voluntad”.
Amigas, hermanas en Cristo
Tú eres mi hermana, eso lo sé, porque el Padre me lo ha dicho.
Tu amorosa bondad en mi vida ha sido para mí un sacrificio.
Te tomaste el tiempo de ayudarme a atravesar el terrible dolor que cierta vez enfrenté.
Esta hermandad que compartimos demuestra lo mucho que nuestro Padre se preocupa por nosotras.
Tú eres mi hermana, eso lo sé, porque el Padre me lo ha dicho.
Nos envió en su plan perfecto para que podamos estar aquí hoy de la mano.
Pero más sorprendente es su amor que cambió nuestro corazón para que fuera como uno solo.
Te envió a mí en su Nombre y nunca volveré a ser la misma.
¿Sabes Amar?
¿Sabes Amar?
Yo estoy aprendiendo. Aprendiendo a aceptar a las personas, aún cuando ellos me defraudan, cuando ellos escapan del ideal que yo tengo para ellos. Cuando ellos me hieren con palabras ásperas o las acciones irreflexivas.
Es difícil de aceptar a las personas así como ellos son, y no como yo quiero que sean. Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo. Yo estoy aprendiendo a amar.
Yo estoy aprendiendo a escuchar, para escuchar con los ojos y oídos, para escuchar con el alma y con todos los sentidos.
Dios me vistió!
“Y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino y te cubrí de seda” (Ezequiel 16:10).
Cada frase de este pasaje nos ayudará a descubrir la importancia y el significado de lo que nos quiere enseñar la Palabra.
Primero dice: te vestí. Este verbo se usa bastante, con el sentido de ser envueltos por algo. Seremos cubiertas con lo que Dios tiene para nosotras. En otras ocasiones, la Biblia nos habla de nuestra necesidad de vestirnos de ciertas características espirituales (Ro 13:14); pero aquí recibimos la obra de Dios, nos preparamos para que haga su voluntad en nosotras. La novia no escoge su atuendo, sino que el Novio está colocando sobre ella lo que Él sabe que se le verá mejor.
Por ejemplo, en Isaías 61:10 nos dice: “Dios...me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió”. Estas son ropas que han sido especialmente elaboradas para la que las recibe, por las que Dios pagó un alto precio. Él invirtió toda la eternidad en crearlas. Mandó a su Hijo unigénito para poner los últimos toques, por medio de su muerte y el derramamiento de su sangre. Dios preparó todo minuciosamente para disfrutar este momento con nosotras.
Cada frase de este pasaje nos ayudará a descubrir la importancia y el significado de lo que nos quiere enseñar la Palabra.
Primero dice: te vestí. Este verbo se usa bastante, con el sentido de ser envueltos por algo. Seremos cubiertas con lo que Dios tiene para nosotras. En otras ocasiones, la Biblia nos habla de nuestra necesidad de vestirnos de ciertas características espirituales (Ro 13:14); pero aquí recibimos la obra de Dios, nos preparamos para que haga su voluntad en nosotras. La novia no escoge su atuendo, sino que el Novio está colocando sobre ella lo que Él sabe que se le verá mejor.
Por ejemplo, en Isaías 61:10 nos dice: “Dios...me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió”. Estas son ropas que han sido especialmente elaboradas para la que las recibe, por las que Dios pagó un alto precio. Él invirtió toda la eternidad en crearlas. Mandó a su Hijo unigénito para poner los últimos toques, por medio de su muerte y el derramamiento de su sangre. Dios preparó todo minuciosamente para disfrutar este momento con nosotras.
Creciendo Cada Día
Imposible atravesar la vida ... Sin que un trabajo salga mal hecho,
Sin que una amistad cause decepción,
Sin padecer algún quebranto de salud,
Sin que nadie de la familia fallezca,
Sin que un amor nos abandone...
Sin equivocarse en un negocio.
Ese es el costo de vivir.
Sin embargo... Lo importante no es lo que Suceda, sino como reaccionamos ante la situaciòn.
Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fè.
Uno crece al aceptar la realidad y al tener el aplomo de vivirla.
Crece cuando acepta su destino, y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás...Construyendo y proyectando lo que tiene por delante.
Sin que una amistad cause decepción,
Sin padecer algún quebranto de salud,
Sin que nadie de la familia fallezca,
Sin que un amor nos abandone...
Sin equivocarse en un negocio.
Ese es el costo de vivir.
Sin embargo... Lo importante no es lo que Suceda, sino como reaccionamos ante la situaciòn.
Si te pones a coleccionar heridas eternamente sangrantes, vivirás como un pájaro herido incapaz de volver a volar.
Uno crece cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fè.
Uno crece al aceptar la realidad y al tener el aplomo de vivirla.
Crece cuando acepta su destino, y tiene voluntad de trabajar para cambiarlo.
Uno crece asimilando y aprendiendo de lo que deja detrás...Construyendo y proyectando lo que tiene por delante.
¿Qué puedo hacer por el trabajo de mi esposo?
Hay algo que puedes hacer activamente por tu esposo, y eso es orar.
Nuestras oraciones no pueden asegurar una vía sin problemas para nuestros esposos, sí pueden mantenerla libre de muchos.
Si tu esposo trabaja duro, asegúrate de que tenga tiempo para descansar y divertirse, para hacer las cosas que lo entretienen y que dan un alivio del peso que produce tener que mantener toda la vida de una familia. Los hombres necesitan períodos de refrigerio. Si no los tiene, son propicios al agotamiento y a tentaciones de todo tiempo. Tus oraciones pueden ayudarlo a comprender que el verdadero significado de la vida no viene del trabajo sino de seguir a Dios. Oremos por nuestros esposos para encontrar ese equilibrio perfecto.
Señor Jesús: oro para que tú bendigas el trabajo que realiza mi esposo.
Si tu esposo trabaja duro, asegúrate de que tenga tiempo para descansar y divertirse, para hacer las cosas que lo entretienen y que dan un alivio del peso que produce tener que mantener toda la vida de una familia. Los hombres necesitan períodos de refrigerio. Si no los tiene, son propicios al agotamiento y a tentaciones de todo tiempo. Tus oraciones pueden ayudarlo a comprender que el verdadero significado de la vida no viene del trabajo sino de seguir a Dios. Oremos por nuestros esposos para encontrar ese equilibrio perfecto.
Señor Jesús: oro para que tú bendigas el trabajo que realiza mi esposo.
Te presento a mi amigo
Se convirtió en ciudadano del mundo.
Fue un hombre normal de carne y hueso.
Vino a entregarnos su amor y su compasión.
No tuvo propiedades, títulos, ni cargos importantes.
No creó organizaciones formales.
Dio su mensaje en términos sencillos que todos pudiesen entender.
Dio su mensaje de amor a todos los que lo quisieron escucharlo.
Salió a conocer personas en las calles, a la orilla del mar y en los montes.
Fue amigo de los despreciados y rechazados.
Soy un puente
Los puentes son como las personas. Su importancia se valora cuando ya no están, o cuando están rotos y no se los puede usar...
Existe una cantidad impresionante de puentes: Cortos y largos, anchos y estrechos, seguros e inseguros, caros y económicos.....
Todos tienen sin embargo, algo en común: Sirven para unir dos orillas......
Atravesándolos, uno siente que, de algún modo, lleva un mensaje al otro lado......
También las personas estamos llamadas a ser puentes, para facilitar el encuentro, para superar aflicciones, para estimular el perdón......