“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores” (1 Timoteo 6:11-15).
La fe no es abstracta. La fe hace y acciona, pero no lo hace sola sino a través de nosotros. Hoy la gente tiene que probarle a Dios que le cree, accionando. Aunque se levante el enemigo como río, nada te debe detener. La fe es reconocer que Dios está con nosotros como poderoso gigante.
Das marcha atrás con palabras y acciones así que ¡NO LO HAGAS! Dios te llamó a ganar almas. No des marcha atrás.
—Extracto tomado del libro No moriré de la pastora Wanda Rolón. Una publicación de Casa Creación. Usado con permiso.