Un hombre se cayó en un precipicio, se agarró de una rama y clamó por ayuda. Una voz desde arriba le dijo: “Soy tu Dios. Puedo ayudarte si tan solo te sueltas” .
El hombre respondió: “¿Hay... alguien más allí arriba?”
Esta es una historia antigua, buena para hacernos reír porque todos nos identificamos con el hombre y lo que sintió. Nos enfrentamos a situaciones en las que no estamos seguros que el Dios de arriba realmente puede ayudarnos, y nos preguntamos si habrá alguien más que esté disponible.
Pero, ¿te has detenido a pensar lo grande que es Dios? Las Sagradas Escrituras nos dicen que Dios creó los cielos y la Tierra. ¿Cuán grande son los cielos y la Tierra? La Tierra está a 384.000 Kilómetros de la Luna, y esto es simplemente una fracción de la distancia entre la Tierra y Marte.
Luego piense en el espacio entre Marte y Plutón, que está a millones de kilómetros de distancia.
Aún con nuestro “pequeñísimo” sistema solar, nuestras distancias van más allá de la comprensión. Y somos uno entre tantos sistemas solares dentro de la Vía Láctea. Y la Vía Láctea es una entre miles de millones de galaxias.
Va más allá de la capacidad de la mente humana poder entender cuán grande, cuán vasta, cuán glorioso, cuán grandioso y cuán hermoso es nuestro Dios. Y a pesar de eso, desde su grandeza, magnificencia y tamaño, Dios desciende a tocar el corazón de cualquier persona que se acerca a Él en fe.
Y con todo su esplendor y grandeza, Dios también es un Dios de detalles. Las Sagradas Escrituras nos dicen que Él conoce el número de cabellos en nuestra cabeza. Se preocupa por los lirios del campo y por cada una de las aves, pero se preocupa mucho más por nosotros. Dios está interesado en los detalles de nuestra vida. Sabe exactamente dónde estás en este momento y sabe el problema que estás enfrentando. Él conoce tus frustraciones. Sabe cuando crees en esperanza contra esperanza.
Uno de mis versículos favoritos dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar” (1 Corintios 10:13).
Atrévere a creer que Dios sí te ama. Créelo aunque todo esté en tu contra. Sueña en contra de todos los sueños, sabiendo que Dios se preocupa por ti y tiene un plan para tu vida, y desea que tengas éxito. Mira a Dios cuando las noticias son malas, cuando aparentemente no hay esperanza. Y a medida que creas en esperanza contra esperanza, Dios oirá sus oraciones.
Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo. Romanos 15:13
Tomado del Libro Desayuno Para El Alma
Copilado por Judith Couchman
Editor Agenda de Dios: Olman Rímola