La cita de los miércoles con mis amigas era impostergable, me encontraba con ellas a la mañana, a la tarde y a la noche... en realidad para mi eran las 6 de la tarde, aunque para las de centroamérica era más temprano, mientras que las de Europa ya tenían la medianoche y para las que vivían en Japón y Australia, era ya la mañana del día siguiente. La reunión de oración por chat de los días miércoles se convirtió en un lugar de encuentro con mis amigas de distintas partes del mundo durante varios años.
En esa hora no conversábamos de otras cosas, solamente orábamos unas por otras, y por nuestras familias. Fue un tiempo donde conocí que la internet podía unir a las personas en una dimensión espiritual, y ser útil para aliviar,
En esa hora no conversábamos de otras cosas, solamente orábamos unas por otras, y por nuestras familias. Fue un tiempo donde conocí que la internet podía unir a las personas en una dimensión espiritual, y ser útil para aliviar,