La Biblia presenta instrucciones detalladas sobre la clase de cosas en las que debemos pensar. Puedes ver en Filipenses 4:8 que se nos enseña que debemos pensar en cosas buenas y edificantes, y no en cosas destructivas. Nuestros pensamientos sin duda afectan nuestras actitudes y nuestro estado de ánimo. Todo lo que el Señor nos dice es para nuestro propio bien. Él conoce qué es lo que nos hace felices y lo que nos pone tristes.
Cuando las personas se llenan de malos pensamientos, se sienten mal, y he aprendido por experiencia personal que las personas deprimidas terminan deprimiendo también a los demás. Haz en forma regular un inventario personal y pregúntate: "¿En qué he estado pensando?". Tómate un tiempo para examinar los pensamientos que ocupan tu mente habitualmente.
Cuando las personas se llenan de malos pensamientos, se sienten mal, y he aprendido por experiencia personal que las personas deprimidas terminan deprimiendo también a los demás. Haz en forma regular un inventario personal y pregúntate: "¿En qué he estado pensando?". Tómate un tiempo para examinar los pensamientos que ocupan tu mente habitualmente.