El hombre hace proyectos en su corazón, pero el Señor pone la respuesta en sus labios.
El hombre piensa que todos sus caminos son puros, pero el Señor pesa los corazones.
Encomienda tus obras al Señor, y se realizarán tus proyectos.
El Señor lo hizo todo con un fin, incluso al malvado, para el día nefasto.