Hay un vacío en el corazón de todo ser humano que tiene la forma de Dios y que no puede ser llenado por ninguna cosa creada, sino únicamente por Dios, el Creador, que se dio a conocer a través de Jesucristo. Blaise Pascal, 1623-1662
Para llenar el vacío de Dios en la vida y nacer espiritualmente de nuevo, es imprescindible comprender cuatro cosas:
1. Nuestra terquedad, nuestra rebelión y nuestro pecado nos han separado de Dios, creando ese espacio vacío de Dios dentro de nosotros. Solamente nosotros y Dios conocemos la magnitud de nuestros pecados. Puede ser enorme o puede ser moderado; no hace al caso. Nuestros pecados nos han separado de Dios. Nunca jamás gustaremos de una paz y felicidad duraderas, mientras nuestros pecados no hayan sido perdonados.