EL CAMINO DEL ADORADOR 2: Su corazón / Nuestra Fortaleza
Tan fácilmente podemos ser llevados por mal camino, pero ¿cómo podemos asegurarnos de dar pasos los pasos correctos al ser guiados por la sabiduría divina?
Las tropas del rey David de Israel fueron engañadas por un negativista y vengó al ejército de David. (2 SAM.20.1-2: "Sucedió que había un alborotador allí de nombre Seba, hijo de Bicri, un hombre de la tribu de Benjamín. Seba tocó un cuerno de carnero y comenzó a repetir: «¡Abajo la dinastía de David! No nos interesa para nada el hijo de Isaí. Vamos, hombres de Israel, todos a sus casas». - Así que todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba, hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá se quedaron con su rey y lo escoltaron desde el río Jordán hasta Jerusalén.") Este pasaje representa todo aquello que no proviene de Dios, y que trata de convencernos para que nos alejemos de Él; es decir, un alborotador. Sin embargo, hay algo que podemos hacer para que esto no suceda, los alborotadores van a seguir existiendo, pero si nosotros invocamos el nombre del Señor podremos estar preparados para hacerles frente, podremos fortificar la ciudad de nuestros corazones, para que el mal no logre habitarlos.
Tan fácilmente podemos ser llevados por mal camino, pero ¿cómo podemos asegurarnos de dar pasos los pasos correctos al ser guiados por la sabiduría divina?
Las tropas del rey David de Israel fueron engañadas por un negativista y vengó al ejército de David. (2 SAM.20.1-2: "Sucedió que había un alborotador allí de nombre Seba, hijo de Bicri, un hombre de la tribu de Benjamín. Seba tocó un cuerno de carnero y comenzó a repetir: «¡Abajo la dinastía de David! No nos interesa para nada el hijo de Isaí. Vamos, hombres de Israel, todos a sus casas». - Así que todos los hombres de Israel abandonaron a David y siguieron a Seba, hijo de Bicri. Pero los hombres de Judá se quedaron con su rey y lo escoltaron desde el río Jordán hasta Jerusalén.") Este pasaje representa todo aquello que no proviene de Dios, y que trata de convencernos para que nos alejemos de Él; es decir, un alborotador. Sin embargo, hay algo que podemos hacer para que esto no suceda, los alborotadores van a seguir existiendo, pero si nosotros invocamos el nombre del Señor podremos estar preparados para hacerles frente, podremos fortificar la ciudad de nuestros corazones, para que el mal no logre habitarlos.