Guardad, pues, mi ordenanza, no haciendo las costumbres abominables que practicaron antes de vosotros, y no os contaminéis en ellas. Yo Jehová vuestro Dios. Lev 18:30
Hay muchas costumbres que pueden ser letales para un matrimonio.
Las costumbres son hábitos de comportamiento en la vida regular de las personas, que pueden ser positivos o negativos. Todo matrimonio tiene hábitos buenos y malos. Pero cada matrimonio debe esforzarse por mantener y reforzar los buenos hábitos e ir desechando los malos. Entre más positivo sea el balance de hábitos más saludable será el matrimonio.
La mayoría de costumbres buenas o malas, las aprendemos desde niños en medio de la convivencia familiar y del ambiente en que nos desarrollamos.
Algunos cónyuges tienen por ejemplo la mala costumbre de criticar y juzgar a su pareja constantemente. Es como si estuvieran atentos a cada falla de su cónyuge para criticarle, reclamarle y hasta condenarle. Esta costumbre es destructora de matrimonios, ya que por lo general el cónyuge afectado termina cansándose de esa actitud y reacciona negativamente.