No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto. Ro 12:2
Desde mi infancia escuché decir "si Dios quiere...", como corolario de algún plan o proyecto. Ante el solo hecho de pensar en tomar vacaciones, por ejemplo, y soñar con lo bien que lo pasaríamos, todo terminaba en "si Dios quiere...". Sin entender demasiado el significado, me preguntaba: "¿Dios querrá? ¿y si Dios NO quiere? ¿por qué no habría de querer?". Así que esta frase nunca me aportó esperanza, sino más bien, dudas de que se pudiera concretar lo planeado.
Desde mi infancia escuché decir "si Dios quiere...", como corolario de algún plan o proyecto. Ante el solo hecho de pensar en tomar vacaciones, por ejemplo, y soñar con lo bien que lo pasaríamos, todo terminaba en "si Dios quiere...". Sin entender demasiado el significado, me preguntaba: "¿Dios querrá? ¿y si Dios NO quiere? ¿por qué no habría de querer?". Así que esta frase nunca me aportó esperanza, sino más bien, dudas de que se pudiera concretar lo planeado.