Los proyectos para el año próximo se suman a mi lista, y voy entretejiendo ideas y sueños que aún no se concretaron, para reprogramarlos para el año próximo. Cuántas cosas por hacer, nuevos desafíos y vivencias por descubrir.
Recuerdo lo vivido este año, y hay una suma de bendiciones, y también, pérdidas y dolores que me agregaron preguntas que tal vez Dios me responda algún día (¿por qué, Señor, partió mi amiga siendo tan joven?).
Pero de todo y por todo, le doy gracias, porque en su soberana voluntad El tiene control y propósito para mi vida, y para cada detalle por el que transite.
Para el año próximo podría preguntarte qué tienes en tu lista de resoluciones, y seguramente sería parecida a la mía. Sueños y expectativas que anidan en mi interior.
Entrego cada uno de mis proyectos en las manos de Dios, porque sólo Él conoce lo que es mejor para mi. Y una cosa doy por segura, en 2015, Dios estará conmigo.