Esta es una historia verdadera de una niña de 8 años. Un día escuchó a su madre y a su padre hablar acerca de su hermanito Andrew. Ella solo sabía que su hermano estaba muy enfermo y que su familia no tenía dinero. Planeaban mudarse para un complejo de apartamentos el siguiente mes porque su padre no tenía el dinero para las facturas médicas y la hipoteca. Sóo una operación costosísima podría salvar a Andrew. Escuchó que su padre estaba gestionando un préstamo pero no lo conseguía. Escuchó a su padre murmurarle a su madre, quien tenía los ojos llenos de lágrimas.
"Solo un milagro puede salvarlo."
Tess fue a su cuarto y sacó un frasco de jalea que mantenía escondido en el closet donde guardaba algunos centavos. Vació todo su contenido en el suelo y lo contó cuidadosamente. Lo contó una segunda vez, ¡una tercera! La cantidad tenía que ser perfecta. No había margen para errores. Luego colocó todas las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó y se escabulló por la puerta trasera. Caminó 6 cuadras hasta la farmacia que tenía un jefe indio color rojo en el marco de la puerta. Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba atención. Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta con el peor sonido que pudo producir. Nada. Finalmente, sacó una moneda del frasco y golpeó el mostrador.
"Solo un milagro puede salvarlo."
Tess fue a su cuarto y sacó un frasco de jalea que mantenía escondido en el closet donde guardaba algunos centavos. Vació todo su contenido en el suelo y lo contó cuidadosamente. Lo contó una segunda vez, ¡una tercera! La cantidad tenía que ser perfecta. No había margen para errores. Luego colocó todas las monedas en el frasco nuevamente, lo tapó y se escabulló por la puerta trasera. Caminó 6 cuadras hasta la farmacia que tenía un jefe indio color rojo en el marco de la puerta. Esperó pacientemente su turno. El farmacéutico parecía muy ocupado al momento y no le prestaba atención. Tess movió su pie haciendo un ruido. Nada. Se aclaró la garganta con el peor sonido que pudo producir. Nada. Finalmente, sacó una moneda del frasco y golpeó el mostrador.