Proverbios 12:18 dice: “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; mas la lengua de los sabios es medicina”. Las Escrituras están llenas de ejemplos de esta verdad, de cómo las palabras adecuadas dichas en el momento preciso (a menudo por parte de mujeres) tienen el poder de conmover corazones y vidas, y cambiar el curso de la historia. Para bien.
Elogios y aprecio sinceros
¿Cuándo fue la última vez que hicimos saber a alguien cuánto lo amamos, cuánto lo valoramos y cuánto apreciamos lo que aporta a nuestra vida y la de los demás? Sin duda, la mayoría de las personas son bien conscientes de sus defectos y errores, pero ¿qué hay de sus fortalezas, sus éxitos y logros, sus talentos y dones especiales? Sabemos lo mucho que significa para nosotras cuando nos sentimos desalentadas, agotadas y “[cansadas] de hacer el bien”, y de repente alguien nos elogia, nos agradece o nos hace saber que ha notado nuestro esfuerzo. ¡Cómo nos levanta el ánimo y nos alegra el día! Necesitamos adoptar el hábito de hacer lo mismo por los demás, de tomarnos el tiempo — de hacer el tiempo— todos los días para eso.
“El aprecio puede cambiarle el día a alguien, incluso cambiarle la vida. Todo lo que se necesita es la disposición a expresarlo con palabras”. —Margaret Cousins