Es importante que se sienta bien con su cuerpo, ¡aun cuando no le guste todo de él! Sentirse bien consigo mismo es algo que uno no va a ser capaz de hacer si no se ama primero. Muchísimas de nosotras tenemos un complejo de inferioridad. Nos preocupamos porque nuestros senos son demasiado pequeños o demasiado grandes, tenemos las piernas muy gordas o muy flacas, la nariz demasiado grande o extremamente larga, nuestro trasero demasiado grande o muy plano, nuestros dientes excesivamente torcidos o demasiado manchados, o nos criticamos porque la forma, la altura o el peso de nuestro cuerpo no nos parecen adecuados. Es probable que nuestra pareja no se dé cuenta de nuestras imperfecciones hasta que insistimos señalándolas.
Cada día somos bombardeados con la necesidad irreal de la perfección del cuerpo. Las últimas encuestas muestran números récord de trastornos alimenticios, cirugías estéticas y cambios totales de imagen. La presión está no solo en lucir bien sino también para lucir casi perfectas. Un estudio tras otro en este país nos advierte que la obesidad y los trastornos alimenticios se han convertido en una epidemia. Las niñas menores de diez años están hablando de dietas mientras los jóvenes de ambos sexos desarrollan trastornos alimentarios como la bulimia y la anorexia. Tenemos que observarnos de manera crítica a ver si encajamos en una de esas categorías insatisfactorias.Hay tantos aspectos físicos que nos preocupan. Sin embargo, debemos optar por examinar nuestros pensamientos y nuestras emociones. Tenemos que aprender lo que significa la verdadera belleza, de acuerdo a nuestro Creador; belleza que empieza en el interior de la persona. Si no está satisfecha con alguna parte de su cuerpo o quiere cambiar algo, dedique un tiempo a pensar seriamente por qué se siente así.
Las cosas cambian tan rápido que no podemos seguirlas. Las cirugías estéticas abundan así como también las demandas por negligencia profesional. Dondequiera que miramos vemos y escuchamos acerca de algo nuevo para hacernos lucir más llenitas, más jóvenes, más delgadas y más bellas. No estoy en contra de algunos de esos nuevos avances y técnicas. El problema que veo es la motivación por la que deseamos hacer algunos de esos cambios radicales en nuestro cuerpo. ¿Va usted a permitir que eso se convierta en una obsesión? ¿Llevará un procedimiento a otro, al siguiente y a otro más? Dios la hizo maravillosa, lo crea usted o no (Salmos 139:14).
- Tomado del libro Satanás, ¡mi matrimonio no es tuyo! por Iris Delgado