El matrimonio entre un hombre y una mujer es parte del plan de Dios que incluye un tercer miembro dentro de la pareja: su nombre es Jesús. Los matrimonios que perseveran en la fe son aquellos que son duraderos, pues quien los une es el amor de Dios. No obstante, vemos a diario que las parejas tienen conflictos, y muchas terminan en separación o divorcio.
En cada matrimonio roto hay por lo menos una persona cuyo corazón está endurecido contra Dios. Cuando el corazón se endurece no hay visión de la perspectiva de Dios. Cuando somos desdichados en el matrimonio, sentimos que cualquier cosa será mejor que lo que estamos experimentando. Pero no vemos alcanzamos a ver la visión completa. Sólo vemos la forma en que está, no la forma en que Dios desea que esté. Sin embargo, cuando oramos nuestros corazones se vuelven suaves para Dios y recibimos una visión… Vemos que hay esperanza… Tenemos la fe de que Él restaurará todo lo que ha sido devorado y hasta destruido en el matrimonio.
La Biblia dice en Joel 2:25: “Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas". Podemos confiar en que Él, Dios, se llevará el dolor, la desesperanza, la dureza y la falta de perdón. Somos capaces de ver su habilidad para resucitar el amor y la vida de los lugares muertos.
En cada matrimonio roto hay por lo menos una persona cuyo corazón está endurecido contra Dios. Cuando el corazón se endurece no hay visión de la perspectiva de Dios. Cuando somos desdichados en el matrimonio, sentimos que cualquier cosa será mejor que lo que estamos experimentando. Pero no vemos alcanzamos a ver la visión completa. Sólo vemos la forma en que está, no la forma en que Dios desea que esté. Sin embargo, cuando oramos nuestros corazones se vuelven suaves para Dios y recibimos una visión… Vemos que hay esperanza… Tenemos la fe de que Él restaurará todo lo que ha sido devorado y hasta destruido en el matrimonio.
La Biblia dice en Joel 2:25: “Yo les compensaré a ustedes por los años en que todo lo devoró ese gran ejército de langostas". Podemos confiar en que Él, Dios, se llevará el dolor, la desesperanza, la dureza y la falta de perdón. Somos capaces de ver su habilidad para resucitar el amor y la vida de los lugares muertos.