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Qué estamos sembrando?
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“Semillas”. - dijo como respuesta.
“¿Qué clase de semilla?” - volvió a preguntar.
“No sé”. - respondió el sembrador.
Entonces le pregunto: “bueno, ¿no sabe si la semilla es buena o mala?
“No, no podría decirlo”, - dijo - “Pero es semilla”. Eso es todo lo que quiero saber, y la estoy sembrando”.
Dirías que este hombre está loco, ¿no es verdad? Pero él no estaría la mitad de loco como el hombre que sigue sembrando por toda la eternidad y nunca se pregunta qué está sembrando o de qué será la cosecha.
Mucha gente trabaja sin descanso en esta vida y nunca se detiene a pensar qué semilla están plantando, en qué están invirtiendo, hacia dónde va su energía. Sabio es el hombre que sabe qué clase de semilla está plantando.
EL MOMENTO ES AHORA
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Cree que es el momento para poseer el terreno, el momento para tomar las cosas en serio. Tenemos que ser más activos para poseer todo lo que nos dio Jesús por medio de su muerte. Podemos pensar, soñar, hablar, pero es el momento para tener y disfrutar realmente lo que Jesús tiene en mente para cada uno de nosotros.
SOÑAR DESPIERTO
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Soñar despierto con algo para hacerlo bien y de la mejor manera posible es correcto, pero soñar despierto cuando debemos estar haciendo algo al respecto es malo. En Juan 14, después de que Cristo dijera todas esas cosas maravillosas a sus discípulos, podríamos haber esperado que les dijera que se fueran y meditaran en ellas. Pero Jesús nunca permitió las fantasías. Cuando nuestro propósito es buscar a Dios y descubrir su voluntad para nosotros, la fantasía es correcta y aceptable. Pero si nuestra tendencia es pasar tiempo soñando con lo que ya se nos ha dicho que hagamos, es inaceptable y la bendición de Dios nunca está en ello. Dios toma la iniciativa contra este tipo de fantasías pinchándonos para que hagamos algo. Sus instrucciones para nosotros serán más o menos así: «No te quedes ahí sentado ni parado, ¡ve!»