En las últimas horas, en mi ciudad estuvo lloviendo sin parar durante algunos días. Para muchos en lugar de ser una bendición, esto produjo muchas dificultades, inundaciones y complicaciones para trasladarse y llegar a los trabajos y lugares de estudio. Sin embargo, en otros puntos del país, esta misma lluvia ha regado los campos secos y yermos, creando una nueva oportunidad a los sembrados postergados.
Así como la lluvia que trae alivio pero también complicaciones se derrama sobre todos, las circunstancias de la vida se presentan sobre todos en una diversidad de matices, buenos y malos. La clave está en cómo vivimos cada lluvia sobre nosotros.
Puedes hacer la elección de cómo pasar tus circunstancias, y para ello es imprescindible que te tomes de la mano de Dios. Acercarse a Dios trae refugio, trae sombra en los días en los que hay que atravesar el desierto y lugar seguro en los días de tormenta.