
No te veas a tí misma como una enferma que trata de ser sanada. Eres justa, amada y sanada hija de Dios que está enfrentando algunos síntomas. ¡Ten ánimo! No hay enfermedad o condición que sea mayor que la obra perfecta y consumada que Jesús ha logrado para ti. ¡Declara lo que has sido hecha en Cristo y verás a tu cuerpo manifestar esta verdad!
No prevalecerá ninguna arma que se forje contra ti [ . . . ] Ésta es la herencia de los siervos del Señor, la justicia que de mí procede —afirma el Señor (Isaías 54:17, NVI).
Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión, y nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, y no se te acercará (Isaías 54:14, NVI).
La esperanza de los justos es alegría . . .(Proverbios 10:28).
- Tomado del libro Promesas de sanidad por Joseph Prince.