¿Logrará la doncella despertar algún día?
El Príncipe Azul de los sueños de toda mujer muchas veces queda allí, en los sueños. Cada una tiene un ideal de compañero que va forjando en su interior, y utiliza ese "modelo" para elegir al posible candidato.
A veces estos ideales son tan utópicos que se hace difícil hallar al que reúna todos los requisitos. O bien, se hace un verdadero esfuerzo para "cambiar" al hombre para que se ajuste a estos estándares.
En este tiempo de valores tan diferentes a los de la década pasada, en los cuales la mujer se ha ido superando y alcanzando metas cada vez más elevadas, ¿qué clase de varones buscan las mujeres cristianas?
- Estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque necesito a alguien con quien compartir mi fe en Dios.
Espero a alguien que luche por superarse, porque necesito con quien conversar y que me estimule mentalmente. No quiero a mi lado a alguien mentalmente simple. No necesito a un hombre que luche por la perfección financiera, sino alguien que se esfuerce y trabaje hombro a hombro conmigo para sostener nuestro hogar, que no sea una carga más en espera de ser mantenido... Necesito a alguien lo suficientemente sensible para que comprenda por lo que paso en la vida como mujer, y que sea lo suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer. Quiero a alguien a quien admirar y que me admire por mi misma. Un hombre que me ame, pero que ame a Dios por encima de todo. Estoy buscando a alguien a quien pueda respetar, para poder apoyar a ese hombre, respetarlo y que me respete por lo que valgo. Busco a alguien en quien pueda confiar, que me respete como su pareja y mejor amiga. No a un hombre infiel, con un alma tan pobre que me irrespete y se irrespete a sí mismo. Dios hizo al hombre y a la mujer en iguales condiciones para apoyarse mutuamente. Busco a un hombre sensible y con buenos sentimientos. Busco a alguien con un corazón conforme al corazón de Dios.
"Ah, si me besaras con los besos de tu boca …¡grato en verdad es tu amor, más que el vino! Grata es también, de tus perfumes, la fragancia; tú mismo eres bálsamo fragante."
Cantar de los Cantares 1:2,3
Cantar de los Cantares 1:2,3