Un individuo puede marchar por la paz o votar por la paz e influir un poco, tal vez, en los asuntos globales. Pero en su casa, ese mismo individuo, en toda su pequeñez, es un gigante a los ojos de sus hijos. La paz se construye ladrillo por ladrillo: hay que comenzar con el individuo.
¿Qué dice la Biblia sobre la paz? Shalom es la palabra hebrea utilizada en el Antiguo Testamento para “paz”, difícil de traducir debido a la profundidad y amplitud de sus connotaciones. No se limita a un solo significado, puesto que también podría traducirse como plenitud, solidez o integridad. Se extiende mucho más allá de lo que comúnmente entendemos por la palabra “paz”.
Shalom significa el fin de la guerra y del conflicto, pero también significa amistad, bienestar, seguridad y salud, prosperidad, abundancia, tranquilidad, armonía con la naturaleza, y hasta salvación. Y significa estas cosas para todos, no sólo para unos pocos electos. En última instancia, shalom es una bendición, un don de Dios. No es un intento humano. Se aplica al estado del individuo pero también a las relaciones interpersonales e internacionales, y entre Dios y el ser humano. Además, shalom está íntimamente ligado a la justicia porque es el disfrute o celebración de relaciones humanas que de injustas han sido transformadas en justas.
La paz es uno de los temas centrales del Nuevo Testamento también, donde
se usa mayormente la palabra griega: eirene. En su contexto bíblico, eirene se
extiende mucho más allá de su significado de “descanso” en el griego clásico,
e incluye muchas de las connotaciones de shalom. En el Nuevo Testamento,
el Jesús es portador, signo e instrumento de la paz de Dios. San Pablo
dice que Cristo es nuestra paz. En él se reconcilian todas las cosas. Por eso su
mensaje se llama el evangelio de la paz. Es la buena nueva del reino venidero,
del Reino de Dios, donde todas las cosas caen en orden.
Para comprender el significado de paz tenemos que experimentarla como una realidad práctica, no sólo como algo en la mente o en el corazón, sino en la vida diaria. Por eso, me gusta el consejo que nos da la Biblia "Busca la paz, y síguela."
Que así sea.
PO - hacedoras.blogspot.com Fuente: En busca de paz, Johann Christoph Arnold