Una de las cosas que hace que la alta costura de los modistas de París y Nueva York sea tan cara, es que son modelos exclusivos. La mujer que se compra un modelo exclusivo de Chanel o Ives Saint Laurent sabe que no le va a ver su vestido puesto a otra mujer. Ella sabe que va usar una prenda que está confeccionada cuidadosamente, a veces cocida a mano, y hecha a su medida para que le calce como un suave guante de cuero.
Ella sabe que su vestido ha sido creado con esmerado cuidado. Está dispuesta a pagar un alto precio por esa prenda exclusiva. Así deberia ser al mirar nuestra propia vida. Dios nos ha creado de tal manera que no se pueda reproducir y no se pueda duplicar. Él selecciona cada aspecto