Dios es mi ayuda |
Lo cual es exactamente lo que ha hecho. …Quiero tomarle la palabra a Jesús. … Cuando dice que somos perdonados, descarguemos nuestra culpa. Cuando dice que valemos, creámosle. Cuando dice que somos eternos, enterremos nuestros temores. Cuando dice que nos da lo que necesitamos, dejemos de preocuparnos. Los esfuerzos de Dios son más fuertes cuando nuestros esfuerzos son inútiles.
Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará;
No dejará para siempre caído al justo.
Salmos 55:22
¿Te vendría bien un poco de valor? ¿Estás retrocediendo más de lo que te mantienes firme? Jesús disipó los temores que abrigaban sus nerviosos discípulos.
Hay que recordar que los discípulos eran personas comunes a quienes se les confió una apremiante tarea. Antes de figurar como santos en los vitrales de las catedrales, eran simplemente vecinos que trataban de ganarse la vida y criar una familia. Ni estaban hechos de fibra teológica ni se habían criado con leche sobrenatural. Pero su devoción superaba un poco sus temores y como resultado hicieron cosas extraordinarias.
Los temores terrenales realmente no son temores.
Responde la gran pregunta de la eternidad, y las pequeñas interrogantes de la vida tomarán su verdadera perspectiva.
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No
temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las
aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el
fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el
Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a
Seba por ti.
ISAÍAS 43.1–3
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia …
Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No
temas, yo te ayudo.
ISAÍAS 41.10 , 13
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has
mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! En lo
secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás
en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
SALMO 31.19–20
Porción del libro: Aplauso del Cielo y Promesas Inspiradoras de Dios - Max Lucado