que no le permitas la entrada a la depresión, ni al desaliento… toma fuerzas en el gozo que Dios te ha dado y levántate, porque el enemigo gana terreno cuando decides tener una actitud de derrota o de desánimo. Este día elige tener contentamiento en la salvación que viene del Señor.
Nada de lo que te amenaza tendrá poder para destruirte. Dios es tu protección.
Oramos:
«Señor, te doy gracias por el gozo que has puesto en mi corazón… hoy renuncio a toda debilidad, tristeza o desánimo que me atormenta… echo fuera de mi vida al enemigo y decido gozarme por la victoria que tú me das en estas circunstancias. Tú eres el Señor de mi vida y has prometido cuidarme, protegerme y salvarme… y yo lo creo. Contentamiento viene a mi vida ahora, en el nombre de Jesús. Te alabo y te adoro por tu misericordia para conmigo. Amén».
Lidia E. Cames