Esta es una promesa muy poderosa que Dios hace a todos los que estén dispuestos a seguir sus instrucciones de vida. Dice que si oyes, guardas, y pones por obra sus mandamientos (v. 1,2) vendrán muchas bendiciones a ti, esta es la primera condición. La segunda es que tienes que ponerte en acción, hacer algo… trabajar con tus manos, entonces el Señor hará que sobrenaturalmente empieces a prosperar en tu trabajo. Será tal la abundancia que que nunca más andarás pidiendo préstamos a nadie… sino que al contrario: tendrás de sobra para prestar a quien lo necesite. Si tú estás obedeciendo a Dios y trabajando, pero aun así no ves tu bendición abundante,
es posible que hoy tengas que ponerle refuerzos a tu fe y empezar a esperar y reclamar esta promesa para verla cumplida en tu vida.
«TE ABRIRÁ JEHOVÁ SU BUEN TESORO, EL CIELO, PARA ENVIAR LA LLUVIA A TU TIERRA EN SU TIEMPO, Y PARA BENDECIR TODA OBRA DE TUS MANOS. Y PRESTARÁS A MUCHAS NACIONES, Y TÚ NO PEDIRÁS PRESTADO». Deuteronomio 28:12
Lidia E. Cames