Lo único que debes hacer es no apartarte de ahí: veas lo que veas en cuanto a tus hijos, cómo se comportan, situaciones que viven, etc, no digas que no cambiarán… No te desanimes.
Oigas lo que oigas que dicen de ellos, o que ellos mismos dicen, no creas esas voces mentirosas, esa no es la realidad.
Tus hijos no vivirán para siempre en la situación que están ahora.
Ellos serán libres, serán sanos, tendrán prosperidad, tendrán paz y gozo. El Señor lo dice en su Palabra.
Decide con firmeza seguir creyendo y confiando… sigue yendo al trono de la gracia, sigue clamando… sigue declarando con tu boca que tus hijos serán bendecidos. Llegará un momento en que Dios los llenará con un nuevo Espíritu, su precioso Espíritu Santo que da vida en abundancia y entonces ellos se volverán a Dios y Él los prosperará en todas las áreas de su vida. Todas las promesas divinas se harán realidad.
Lidia E. Cames
Lidia E. Cames