Si has determinado que Jesús gobierne tu vida, es necesario que te aferres a esta promesa y borres de tu mente y corazón la idea de que vas a fracasar.
Renuncia al ‘no voy a poder’… ‘es que me ganó el carácter’… ‘no lo pude resistir’. Eso se acabó. Si tienes a Cristo como Señor y Salvador tú puedes triunfar en todo lo que te propongas, porque es el mismo Dios que te está otorgando el éxito final. Cristo Jesús ya venció todo, ahora te regala la victoria. Nada puede derrotarte…
Eres victoriosa en Cristo,
decláralo, créelo y vívelo.
Por Lidia E. Cames