Mi esposo tiene una cualidad que me alienta. Es capaz de ver el potencial de las cosas. Cuando compramos nuestra casa, había tanto por reparar, tanto por tirar abajo y volver a construir, que era difícil creer que podría ser un lugar habitable para una familia con tres niños pequeños. Sin embargo, él veía las posibilidades de mejoras, lo diseñaba en planos y en su corazón, en intimidad con el Señor. Hoy, después de varios años, disfrutamos de nuestra casa amplia, luminosa y siempre llena de amigos de nuestros hijos. Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no podamos verlo.La Biblia nos ayuda a creer que lo mejor nos puede suceder.
Y si miramos bien, también las cosas de nuestra vida cotidiana revelan que esto es verdad. Es esta creencia que mantiene al científico, inventor, e investigador ocupados:
El avión más seguro no se ha fabricado.
El mejor automóvil no se ha diseñado.
La cura final no se ha descubierto.
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