Querida Amiga:
Estuve pensando mucho en tus hijos en estos días, y espero que puedan llevarse bien y ser felices lo antes posible, como toda madre desea para cada uno de sus hijos.
Dios conoce cada una de las pruebas que estás viviendo, más que nadie. Creo que ninguna persona puede saber lo que estás sintiendo, lo que estás pasando, el dolor que te causa… pero Jesús sí. Trato de ponerme en tu lugar, y creo que llevas una carga pesada. Por eso quiero decirte que no estás sola en esto, que Dios te ama profundamente y ve cada lágrima que tus ojos derraman, y escucha cada oración que hacés. El es tan fiel, y te promete que ninguna de sus Palabras va a volver vacía y que sus promesas son sí y amén.
No podemos saber por qué vienen las dificultades a nuestra vida, pero sí podemos confiar que Dios no nos dará una carga más pesada de la que podamos llevar. En Juan 16:20 dice “aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo”.
Aquello que nos parece imposible de cambiar, Dios puede transformarlo en bendición. Como cuando Jesús murió, para los discípulos parecía que era el fin, pero tres días más tarde, resucitó, y tuvieron gozo para siempre. Lo que hoy parece sin solución y motivo de tristeza para ti, puede ser transformado por el mismo poder que sacó a Jesús de la tumba. Y tu tristeza se convertirá en alegría. ¡Tienes al mismo Dios en tu corazón! También quiero decirte que puedes contar conmigo, con mis oraciones y mi cariño, y espero que estas líneas te recuerden que el gozo de la resurrección está siempre disponible para ti y tu familia.
Te quiero mucho,
Pat