¿Has pensado qué recordarán de ti cuando ya no estés en esta tierra?
Tal vez digan:
Fue una hermosa mujer.
Fue una mujer de carácter firme.
Fue una mujer de éxito.
Fue buena esposa y buena madre.
Ahhh, qué elogiosos conceptos. Sería triste pensar que lo que recuerden de nosotras sea tan negativo, que mejor ni recordarnos...
Hay personas que han marcado nuestras vidas y permanecen en nuestros recuerdos, aun ayudándonos a tomar decisiones, pues apreciamos el resultado que obtuvieron con determinadas conductas.
Y hay personas, que aun sin haberlas conocido, también nos sirven de ejemplos que nos alienta en nuestra vida cotidiana. En la Biblia se habla de un gran rey, que curiosamente, no fue perfecto sin embargo dice que tenía un corazón conforme al corazón de Dios. De él desciende Jesús, y su nombre es reconocido a nivel mundial. Se trata del rey David, quien supo darle el primer lugar a Dios en toda su vida. No fue perfecto, han quedado registrados sus errores graves, sin embargo, con todo Dios estuvo con él.
Cuánto consuelo y ánimo puede darnos pensar en el rey David. Si miramos todas nuestras imperfecciones, muchas veces creemos que somos indignas y que no podemos vivir una vida victoriosa, y mucho menos, una vida santa. Pero cuando descubrimos que Dios nos tiene en sus planes, la visión cambia.
Ser una mujer con un corazón conforme al corazón de Dios es tu decisión. Dios quiere hacerte bien, y el te ha elegido para ser parte de la realeza. Simplemente, dile sí al Señor. Permítele ver tu corazón, derrama tu alma en su presencia, y tómate de sus promesas. Elige vivir en Cristo, y tus descendientes te llamarán "Bienaventurada".
Dios te bendiga
Patricia O.
Ser una mujer con un corazón conforme al corazón de Dios es tu decisión. Dios quiere hacerte bien, y el te ha elegido para ser parte de la realeza. Simplemente, dile sí al Señor. Permítele ver tu corazón, derrama tu alma en su presencia, y tómate de sus promesas. Elige vivir en Cristo, y tus descendientes te llamarán "Bienaventurada".
Dios te bendiga
Patricia O.