Un grupo de investigadores suizos estudiaron durante 5 años a más de mil matrimonios. Determinaron que es posible hacer una ecuación matemática para elegir una pareja que dure: la mujer debe ser por lo menos cinco años menor que el hombre, tener un nivel educativo superior y no contar con matrimonios anteriores.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista European Journal of Operational Research con el título "Optimising The Marriage Market" (Optimizando el mercado matrimonial). Entrevistaron a 1534 matrimonios y parejas en relaciones estables hace cinco años. Hace unos meses, volvieron a contactarse con 1074 de ellos para analizar cuántos habían seguido "felizmente casados".
A partir de entonces, elaboraron una fórmula que incluyó variables tales como educación, edad, nacionalidad y cantidad de matrimonios anteriores. Así, hallaron el factor que tenían en común las parejas que habían fracasado, que fueron un tercio del total. Según ellos, el éxito en el matrimonio depende de factores objetivos tales como la diferencia de edad, el nivel educativo y cultural, entre otros. Así, se postula una aproximación matemática acerca de cómo lograr optimizar el rendimiento de un matrimonio y reducir las posibilidades de fracaso o divorcio.
Seguramente, este estudio llevó muchas horas de trabajo, mucha gente involucrada y un costo considerable. En mi caso, no tendría acceso para llevarlo a cabo.
Gracias a Dios, los cristianos -y los no cristianos, también- contamos con una fuente de sabiduría superior, que nos asegura la victoria en el matrimonio. En la Biblia hay muchos consejos para construir un matrimonio de bases firmes, lleno de amor y de compañerismo. A continuación, te comparto una de las citas, para que reflexiones cómo debe ser el amor por tu cónyuge.
Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.
Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios y poseo todo conocimiento, y si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada.
Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso.
No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor.
El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad.
Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
El amor jamás se extingue, mientras que el don de profecía cesará, el de lenguas será silenciado y el de conocimiento desaparecerá.
Porque conocemos y profetizamos de manera imperfecta;
pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.
Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; cuando llegué a ser adulto, dejé atrás las cosas de niño.
Ahora vemos de manera indirecta y velada, como en un espejo; pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco de manera imperfecta, pero entonces conoceré tal y como soy conocido.
Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor. 1 Corintios 13
¿La fórmula?
D + T + Y (Dios + Tú + Yo) = matrimonio exitoso
Biblia NVI http://ar.news.yahoo.com/s/27102009/59/n-argentina-1191439-existe-formula-pareja-feliz.html