Mejorando tu relación matrimonial
Tejedora Consejería, Matrimonio, matrimonio cristiano, matrimonio feliz, REFLEXION, ser feliz en el matrimonio
CUAN PRECIOSOS TAMBIÉN SON PARA MI TUS PENSAMIENTOS. CUAN INMENSA ES LA SUMA DE ELLOS. SI LOS CONTARA, SERIAN MAS QUE LA ARENA.
Salmo 139: 17-18
Mantiene la mente ocupada al saber que los pensamientos amorosos anteceden a las acciones amorosas.
Cuando apenas te enamoraste, te resultaba bastante natural ser reflexiv@. Pasabas horas soñando con tu ser amado, te preguntabas que estaría haciendo, ensayabas cosas admirables para decir y luego disfrutabas los dulces recuerdos de los momentos que pasaban juntos. Confesabas con sinceridad --No puedo dejar de pensar en ti--
En la mayoria de las parejas, las cosas comienzan a cambiar luego de casarse. La esposa al fin tiene a su hombre; el esposo tiene su trofeo. Las chispas del romance se consumen hasta transformarse en brasas grisáceas, y la motivación para la reflexión se enfría. Poco a poco, tu atención se vuelca a tu trabajo, a tus amigos, a tus problemas, a tus deseos personales, a ti mismo. Luego de un tiempo, comienzas a ignorar las necesidades de tu pareja sin darte cuenta.
Salmo 139: 17-18
Cuando apenas te enamoraste, te resultaba bastante natural ser reflexiv@. Pasabas horas soñando con tu ser amado, te preguntabas que estaría haciendo, ensayabas cosas admirables para decir y luego disfrutabas los dulces recuerdos de los momentos que pasaban juntos. Confesabas con sinceridad --No puedo dejar de pensar en ti--
En la mayoria de las parejas, las cosas comienzan a cambiar luego de casarse. La esposa al fin tiene a su hombre; el esposo tiene su trofeo. Las chispas del romance se consumen hasta transformarse en brasas grisáceas, y la motivación para la reflexión se enfría. Poco a poco, tu atención se vuelca a tu trabajo, a tus amigos, a tus problemas, a tus deseos personales, a ti mismo. Luego de un tiempo, comienzas a ignorar las necesidades de tu pareja sin darte cuenta.
Rumbo a las alturas
En las Escrituras, las alturas de los montes se refieren a un lugar donde habita la presencia de Dios. Cuando Moisés tenía la necesidad de comunicarse con Jehová sin interrupciones, subía al monte. Allí Dios le hablaba directamente y se establecía una comunicación muy personal. Aunque sabemos que Dios habita en todo lugar, fijar nuestra mirada en las alturas nos ayuda a cancelar las distracciones que tenemos a nuestro alrededor y concentrar en Él toda nuestra atención. Así como escalar una montaña requiere esfuerzo físico, el camino hacia Dios requiere un esfuerzo mental y espiritual. Es mediante ese esfuerzo que encontraremos los pasos a seguir para desarrollar una vida que nos brinde la felicidad que anhelamos.
Una mente libre del diablo
Tejedora Aliento, Edificación, motivación para la mujer, REFLEXION