Si una esposa logra persuadir a su esposo de lo que quiere y necesita, ella habrá ganado a su esposo para ella, pero si logra ganarlo a través de la oración y el ejemplo, habrá ganado a su esposo para Cristo
2 Co 10:4
“Por casi seis años estuve peleando una batalla que no era mía y con las armas incorrectas. Ante un esposo que yo sentía ausente en casi todas mis carencias me vi en la imperante necesidad de confrontarlo con “su pecado”. Lo intenté todo: la confrontación verbal estando solos, frente a los pastores, con películas, con folletos, de forma clara y tranquila, gritando, con groserías e insultos, con amenazas de todo tipo… sólo me faltó recurrir a la brujería. Yo tenía un sueño, un prototipo de matrimonio en la mente y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para lograrlo junto a la persona que yo creía era el amor de mi vida.