Ir a trabajar cada día es una bendición. Recuerdo tiempos en que el trabajo escaseaba, y el sólo hecho de conseguir un trabajo temporario, tal vez de uno o dos días, era una satisfacción. No obstante, la preocupación de la discontinuidad laboral produce mucho desaliento, y se transforma en una carga. En esos momentos, llegaba a entender un poco más el versículo de Filipenses 4:12 "Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez.", pero le preguntaba al Señor...
"¿cuando llega la parte de aprender a tener de sobra?" La escasez se prolongaba demasiado tiempo.
Era la época de criar a mis hijos, y los tiempos en que vimos como familia cómo Dios nunca desampara a los que ama. La provisión del Señor siempre estuvo en mi casa, y con el tiempo, mientras íbamos aprendiendo enseñanzas prácticas acerca de la perseverancia en la oración, acerca del Dios proveedor Jehová Jiré, y acerca de confiar en Dios, el trabajo comenzó a ser regular.
Y cuando vas a trabajar todos los días, y disfrutas de esta bendición, vienen otras situaciones de las cuales también puedes aprender y crecer en la fe. Porque levantarse temprano, viajar varias horas para ir al lugar de trabajo, o trabajar en otra ciudad, y pasar varios días o semanas lejos de casa, también tiene un costo. Se está agradecido por tener trabajo, pero no siempre es el mejor o no siempre las circunstancias que lo rodean son las más apropiadas. Mas cuando hay una familia por atender, uno paga el precio. Renuncias personales, madurez, perseverancia. El trabajo es una bendición, pero también tiene sus matices.
Parte del crecimiento personal es aceptar que los sueños se alcanzan de a poco, algunos son más lentos en concretarse, otros no tanto. El sueño de tener una familia se construye entre todos los que la conforman. Probablemente, a ti te toque salir a trabajar, y esforzarte por los que amas. Y tal vez tu trabajo sea "trabajoso" y no el mejor que pudieras tener. Pero vas bien, no te desalientes, Si estás en manos de Dios, El irá dándote nuevas oportunidades, y guiándote a dar los pasos necesarios, como prepararte, tener nuevas entrevistas, o seguir donde estás, ya que serás prosperado así como prospera tu alma.
Cuando el cansancio agobia, que tu mejor motivación sea la sonrisa de tu hijo, y la seguridad que estás llevando a toda tu familia hacia el propósito de Dios.
Dios te bendiga
Pat MV