"Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?" Mar 4:35-41
Los discípulos pidieron ayuda a Jesús en medio de una tormenta. Después que el Señor calmó la tempestad, ellos estaban asombrados. Sus conceptos erróneos sobre Jesús pudieron haber causado su desaliento. Ellos no habían reconocido a Jesús como Dios encarnado.
Según creció mi confianza en la capacidad de Dios para suplir mis necesidades, la tormenta de temores en mi interior se disipó. Eventualmente, las olas de mis circunstancias comenzaron a calmarse también. Los discípulos de Jesús respondieron atemorizados, porque realmente no entendieron quién era él. Yo tampoco. Ahora conozco a Cristo mejor y confío en él más.
Sra. Denise Loock (Nueva Jersey, EUA)
Oración:
Padre, cuando las tormentas rujan en nuestras vidas, enséñanos a confiar en tu poder ilimitado. Amén.
PENSAMIENTO PARA EL DÍA
Confíe en Cristo, quien está en la barca con usted.
OREMOS:
Por alguien confrontando una crisis matrimonial.